Capítulo 43
PEYTON. 2016
Oh por Dios.
Madison y la pelirroja.
Si, repito: Madison y la pelirroja.
La chica de cabello rojo solo llevaba puesta una camisa que seguro era de mi hermanastro y la parte de debajo de su ropa interior. Así es, lo que explicaba porque Madison se había molestado tantísimo. Ronald si estaba clavado en la pelirroja como lo había dicho su amiga, la cual por cierto estaba parada junto a mí con sus amigos y una sonrisa en los labios.
El caos que la pelea ocasiono era gritos de emoción y una que otra apuesta se escuchaba en el aire, los chicos alentaban a las 2 chicas que no dejaban de darse cachetadas, jalones de cabello, empujones hasta casi tirarse pero claramente la pelirroja llevaba la delantera ya que ella fue la única que logro dar golpes certeros en la cabeza con sus nudillos. Ronald estaba consciente de que eso era por él, ¿verdad? Digo, porque la escena era bastante clara. Algunas de las mujeres que observábamos la pelea gritaban que la detuvieran pero por supuesto en una fiesta con una pelea y una de las chicas en ropa interior era lógico que no iban a detenerlas.
Ronald ni siquiera metió las manos. Estaba de pie junto al resto.
—Termínala ya, Barb —la alentó el rubio.
Entonces Barb la tiro al suelo con una pierna entre las de la morena y le dio un puño en el pómulo. Recuerdo que me toque mi rostro como si hubiese sido yo quien recibió el golpe. De haberlo sabido es claro que nadie se hubiera metido con la chica. Barb pretendió que se sacudía las manos y se acercó a sus amigos regalándole una mirada de suficiencia a Ron, el cual estaba con la boca abierta viéndola como se iba y a su contrincante tirada en el suelo.
La pelirroja abrazo a su amiga y se fueron juntos.
—¿Qué paso? —mi amiga cuestiono a mi lado.
Chloe y Briana habían llegado un poco muy tarde. Mi amiga tenía un puchero en su cara y mordía la orilla de su vaso. Briana me observaba con grandes ojos que me daban un poquito de miedo. Antes de que pudiera responder, Madison nos empujo al pasar con su mano en el rostro.
Ouch, eso tenía que dolor.
La morena ni se dignó en mirarme y sonreí. Se lo merecía pero no me volvía ciega a lo que había sucedido. Ron se estaba acostando con la chica y Madison los descubrió, en parte me aliviaba el hecho de saber que fueron interrumpidos. De todas maneras no me veía a mí misma viviendo esa situación, no estaba segura de si alguna vez iba a llegar a los golpes por alguien.
—Eso paso —apunte como Madison bajaba las escaleras.
—Oh por Dios, es Madison —exclamo mi prima sorprendida.
—¿Cómo la conoces? —pregunte con el entrecejo fruncido.
—Ella va en mi escuela, va a la escuela de monjas porque Whispers High ya no la acepto —se encogió de hombros—. Además es la más popular, duh.
ESTÁS LEYENDO
WHISPERS: Mi Hermanastro
RomancePronto te vas a enamorar del mágico pueblo de Whispers y sus maravillosas historias de amor. ¿Qué hace la hija de una mujer en rehabilitación cuando no tiene a dónde ir? Busca al padre que no ha visto en años y que tiene dinero de sobra para manten...