Capítulo 27 Parte I
PEYTON. 2016
—¿Hablas jodidamente enserio? —pregunto Chloe con la boca abierta—, resultaste ser más interesante de lo que pareces, ¿eh?
—¿Entonces si algo sucede...?
—Cuentas conmigo. Lo juro, papi y papi te recibirán sin problemas —dijo sentada en las sillas que estaban en mi balcón.
Decidí que tenía que contarle todo a alguien y ese alguien fue Chloe. Era la única forma de saber que alguien iba a estar de mi lado a pesar de lo jodido de mi situación y con eso demostró que también tenía alguien en quien confiar.
—Entonces, ¿también me darías un aventón a Scream Lake?
—Tu sí que sabes pedir favores pero adoro ser cómplice de lo prohibido así que si, no te preocupes. ¿Qué vas a ponerte?
Buena pregunta. Me rasque la nuca sin tener respuesta. Chloe puso los ojos en blanco y se puso de pie caminando a mi ropero. Conociendo el estilo de Chloe me daba un poco de miedo confiar en ella respecto a que tenía que usar para una cita pero al mismo tiempo agradecía el hecho de que estaba para ayudarme ya que obviamente yo era un desastre en ese asunto, si, tenerla como amiga era como una montaña rusa.
—Si van al lago creo que necesitaras un traje de baño.
—¿Qué tal si no? —me puse nerviosa, yo jamás usaría un traje de baño—, dijo que íbamos a una cabaña.
—Uhhhh, vas a tener sexo, nena —exclamo con picardía.
La mire mal. No iba a tener sexo, era nuestra primera cita oficial y además en un par de días tenía que confesarle que era la hija de John, su padrastro, con el que ha crecido como su figura paterna. No iba a tener sexo con él.
—Cállate —se me subió la sangre a las mejillas—. No vamos a tener sexo.
—Como digas, virgencita —dijo sacando un babydoll de seda color negro. Me lo mostro en el aire y no pude evitar imaginarme con el puesto recargada en el marco de la puerta del baño, estando en un cuarto de madera oscura con velas iluminando y a Ronald en la cama en bóxer negros—. Te lo dije, si vas a tener sexo. Acabas de imaginarlo todo y no intentes negarlo.
¿Cómo lo sabía?
—Jamás lo usaría —se lo quito de las manos.
—¿Entonces por qué comprarlo? No tiene lógica, ¿no crees? —masticaba su goma de mascar con la boca un poco abierta haciéndola ver como cansada de mis excusas—. Tienes que usar algo sexy, chica —dijo mirándome con los brazos cruzados—. ¿Tienes idea de las chicas que matarían por esta oportunidad?
¿En serio?
—¿No?
—Por supuesto que no, Peyton, eres el típico cliché de la chica que se enamora de su hermanastro.
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WHISPERS: Mi Hermanastro
RomancePronto te vas a enamorar del mágico pueblo de Whispers y sus maravillosas historias de amor. ¿Qué hace la hija de una mujer en rehabilitación cuando no tiene a dónde ir? Busca al padre que no ha visto en años y que tiene dinero de sobra para manten...