No puedo soportarlo

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Capítulo 40

PEYTON. 2016

—Hace muchísimo tiempo que no me daban una maldita paliza en Xbox —exclamo derrotado mi hermanastro.

—Lo siento, viejo, se me da muy bien —dijo Jared sonando presumido.

Vi a mi hermano sentado en el suelo con Ron a su lado y me parecía la cosa más impactante que había vivido jamás. Nunca vi a Jared conviviendo con su cuñado/hermanastro. ¿Y por qué había sido eso? exacto, porque era una locura.

Tocaron a la puerta haciendo que todos volteáramos nuestras cabezas en dirección a la puerta.

—Meredith Wesley está en la puerta —anuncio Mo hablando educadamente.

¿Y ella quien era? Mi hermano se puso de pie, me di cuenta que había pasado mucho tiempo. Oh, ella era la nueva madre de mi hermano.

—Lo siento, hermana —Jared me dio un fuerte abrazo besando mi cabeza—. Fue grandioso verte, puedo venir el fin de semana si quieres.

—Bueno me gustaría que la próxima vez que vengas nos mantengamos alejados de este cuarto —sonreí y pude darme cuenta de que Ron estaba viéndome.

—Lo prometo, ven te presento a mamá —y como el niño que aún era me tomo de la mano y salió corriendo conmigo.

Pasamos de largo a Mo y llegamos al recibidor donde una mujer de cabello castaño claro recibía con una gran sonrisa a mi hermano. Ella lo beso en la mejilla mientras tocaba sus mejillas.

—¿La pasaste bien?

—Siiiii, mira —Jared me vio—. Ella es Peyton, mi verdadera hermana... sabes a lo que me refiero —corrigió cuando Meredith lo vio con una risa.

—Hola, Peyton. Meredith Wesley —dijo estrechando mi mano con firmeza—. La madre adoptiva.

Festejo su propia broma con una risa. Se le veía como una mujer de carácter.

—Un gusto y muchas gracias por la oportunidad —dije al fin.

—Venga, Jared que ya casi viene siendo la hora de la cena —dijo ella buscando algo en su bolso.

Mi hermano se me acerco para un último abrazo y suspiro con fuerza. Me aguante las lágrimas, me sostuve débilmente a que se miraba un chico feliz pero me dolía bastante porque no era a mi lado.

—John tiene mi numero —aseguro antes de soltarme—. Te amo.

Lo dijo sin miedo y salieron por la puerta. Ni siquiera pude decirle que lo amaba también, Mo cerró la puerta y desapareció del recibidor. Me quede parada ahí por unos segundos abrazándome a mí misma. Ver a mi hermano había sido ambos: una alegría interminable que solo la propia sangre podría causar y una tristeza horrible porque sabía que solo era por tiempo limitado.

Decidida a regresar a mi cuarto di con la sorpresa de que Ronald estaba de pie ahí recargado del barandal de las escaleras.

—Me cayó bien, es un buen chico —dijo viéndome con cautela.

¿Qué estaba haciéndome? ¿Cómo conseguía verse tan bien? No. Nos rompimos el corazón. Pensar en lo bueno que estaba no ayudaba. ¿Era una distracción? Por supuesto que la era, no olvidemos como estaba sin camisa anteriormente. Y no voy a negar que a pesar del dolor de estar frente a frente me hizo sonreír para mí porque sí, yo me había entregado a todo eso.

—Lo es —dije.

—Escucha no quiero que las cosas sean incomodas entre nosotros, Peyton —la manera en la que decía mi nombre me hacía temblar—. Perdón, ¿de acuerdo?

WHISPERS: Mi HermanastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora