Capítulo 39
PEYTON. 2016
Ya habían pasado 3 días.
Desayunaba en el patio trasero para no hacerlo con mi padre y su familia. Patty seguía haciéndome mala cara cuando nos encontrábamos pero ambas nos tragábamos todo lo que queríamos decirnos o las ganas de darnos una buena cachetada. Ronald era bueno para evadirme por completo demostrando que John tenía toda la razón. Él se había convertido en la falta de mi apetito durante esos días y mi falta de sueño. Ronald se había convertido en la palabra más constante en mi cabeza y sus últimos besos se repetían en mis recuerdos como si no hubiera nada más.
Ahí estaba ese día tomando el sol con un café negro en la mano. Incluso estando rota me gustaba desayunar en la parte de afuera. María se encargaba de entregarme mi plato personalmente y tenía su calor maternal cerca.
—Buenos días, cariño —dijo ella poniendo frente a mí un plato de pancakes con fruta—. Tienes que comerlo todo.
—Gracias, María —dije con apenas una sonrisa visible.
Se me dificultaba demostrar mis sentimientos a través de mi rostro. Era algo que solo no lograba canalizar por completo. ¿Qué estaba sucediéndome?
—Te enamoraste, eso fue lo que te sucedió —oh, creo que lo pregunte en voz alta—. ¿Has hablado con tu mamá?
Negué con la cabeza. Tenía más ganas de verla, porque eso era todo lo que quería. Extrañaba esa vida de mierda donde trabajaba medio tiempo e iba a la escuela y mamá estaba en el sillón borracha hasta quedarse dormida. Ahí no era la hija de John y la chica que se enamoró de su hermanastro.
—No pero he pensado en ir a buscar a tía Beth —suspire.
Después de todo ella también era familia.
—Buenos días, María —la voz de John hizo que ella se moviera. El hombre se acercaba vestido con pantalón de vestir negro y camisa blanca—. Todo estuvo muy bueno, gracias.
—Gracias, Señor —dijo María haciendo una leve reverencia—. Con permiso.
Ella se alejó por el jardín y él tomo asiento frente a mí con una sonrisa. Se miraba tan juvenil y despreocupado, sus hombros caían relajados. Me gustaba verle ahí, conmigo. En una sola imagen bien podríamos ser solo vistos como un padre e hija.
—Ser una figura paternal y actuar como un padre no es lo mío. Ni yo mismo aprendí a entablar una conversación con el mío. Sin embargo no estoy cómodo sabiendo que me estoy convirtiendo en aquel hombre —dijo mi padre viéndome a la cara.
Entendía su punto. Quería que intentáramos llevarnos bien y al menos él estaba dando el primero paso. Admiraba el esfuerzo que hacia al probar mostrar sus sentimientos siendo que no era usual en él.
Tome un trozo de durazno y lo saboree en mi boca.
—Esta bien —asentí con la cabeza dándole a entender que no ocupaba de más explicaciones.
ESTÁS LEYENDO
WHISPERS: Mi Hermanastro
RomancePronto te vas a enamorar del mágico pueblo de Whispers y sus maravillosas historias de amor. ¿Qué hace la hija de una mujer en rehabilitación cuando no tiene a dónde ir? Busca al padre que no ha visto en años y que tiene dinero de sobra para manten...