Cosas del pasado Parte II

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Capítulo 8 Parte II

PEYTON. 2016

Conforme iba llegando a la mansión de John me daba cuenta que había demasiados carros estacionados afuera, caminaba por el patio frontal y a lo lejos se podía ver a personas en los escalones de la entrada y la puerta abierta de par en par. El sonido de la música era imposible de ignorar y las ventanas de los autos retumbaban al ritmo de la música electrónica, los chicos se apresuraban para entrar a la fiesta. Mi olfato se saturo a marihuana que probablemente estaban fumando alrededor y sin prestar atención entre directamente a la mansión. La música apenas dejaba escuchar la habladuría de los invitados, algunos bailaban en medio de la sala o encima de los sillones mientras otros se arrinconaban en una esquina jugando y bromeando. Una chica toda mojada me empujo en su camino con un chico siguiéndola y ese chico era nada más y nada menos que el hijo prodigio de John. Por supuesto. Sentí que temblé bajo su velocidad al pasarme por enfrente.

—Ese es Ronald Davis, el chico más popular de Whispers High School.

La chica estaba demasiado cerca de mi oreja para que pudiera escucharla. Por instinto me hice hacia atrás y ella se echó a reír con las manos en alto.

—Tranquila, amiga —dijo con una sonrisa.

—Lo siento, aprecio mi espacio personal —respondí sobre la música.

La verdad es que quería sonar un poco ruda pero falle ya que ella me hizo una seña de que no escuchaba nada.

—Ven conmigo.

La chica parecía ser mayor que yo, su estilo rockero le ajustaba perfecto a su rostro delgado y a su cabello rojo. La seguí al patio trasero cerca de la piscina, el ruido era menor de aquel lado a pesar de que había mucha gente. Nos sentamos en unas sillas playeras y ella encendió un cigarro ofreciéndome uno.

—Oh, no fumo, gracias.

—El grupo de amigos de Ronald han estado hablando de ti —dijo sin más.

Lo dijo como si fuera algo casual o no importante, no podía deducirlo. ¿Hablando de mí? ¿Qué es lo que esos niños ricos podían decir? Nadie sabía nada de mí.

—¿Ah sí? ¿Y que decían?

Soltó el humo. —Que golpeaste las pelotas de Max y lo sexy que eso te hacía.

—Maldición, ¿es enserio?

—No es para tanto, te hace irresistible. Te acabas de convertir en la chica popular—encogió los hombros.

Una chica en bikini se lanzó a la piscina seguida de un grupo de chicos, todos comenzaban a gritar con la euforia del alcohol y a bailar más rudo por las drogas que de seguro andaban rondando. Casi me daban ganas de buscar algo que me sedara, tenía tiempo que no lo hacía.

—¿Así que conoces a quien vive en esta casa? —quise saber.

—Davis es conocido por todos pero si, solíamos ser amigos.

—¿Davis? Creí que era hijo de John Morrison —dije.

—Lo ha sido durante una gran parte de su vida pero todo mundo sabe que no es un Morrison original. Sin embargo la leyenda dice que hay uno por ahí.

—¿Uno?

—O una, nadie lo sabe aún —me respondió terminando su cigarro.

Y éramos 2. Me removí incomoda en mi asiento, por un lado quería gritar a los 4 vientos que yo era la hija de John Morrison para arruinarlo por mentir sobre mí pero por el otro lado quería saber que más sabia esta chica.

WHISPERS: Mi HermanastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora