A escondidas

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Capítulo 23

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Capítulo 23

PEYTON. 2016

La infinidad de nombres que podían entrar a la sala de televisión era terrorífica. Ver una película se había convertido en la excusa perfecta para que nadie me molestara y encerrarme en un lugar donde casi nadie entraba —excepto cuando había fiestas— la sala de televisión se había convertido en el nido de amor de 2 torpes y hermanastros adolescentes, nos besuqueábamos por horas y nos acurrucábamos viendo alguna película de comedia o acción, las favoritas de Ron, y no había nada que pudiera arruinarlo. Y ahí estábamos, tirados sobre el sofá más grande conmigo encima de Ronald disfrutando de cómo me besaba el cuello dejando un camino de besos húmedos hasta mi mandíbula y de regreso. Si estaba con él todo estaba bien.

La culpa no existía. ¿Por qué? John me estaba ocultando de su familia y yo no tenía nada que ver con el hecho de que Ronald tuviera sentimientos por mí o lo que sea que sentía en ese momento.

Por supuesto que tampoco era momento a detenerme a pensar. Por favor, el chico más guapo de los casi universitarios estaba debajo de mí disfrutando mientras me besaba de la forma más deliciosa que jamás había sido conocido.

Gracias a eso empecé a vestir femenina, tenía que estar segura de oler y lucir bien todo el tiempo, no usaba lápiz labial para no dejar marcas y sonreía más seguido. Chloe y Harry lo notaron: Chloe se daba una idea de lo que podía estar sucediendo pero ella estaba bien en saberlo hasta que tenía que hacerlo y Harry solo pensaba que me estaba adaptando.

Una gran explosión destello en la pantalla haciendo un fuerte sonido y distrayéndonos de lo nuestro.

—Oh, mi parte favorita —dijo él poniendo una mano detrás de su cabeza mirando a la tele—, aquí es donde Vin Diesel y La Roca se agarran a golpes.

Me reí un poco porque me pareció adorable como ya se sabía la película de memoria. Su bíceps me tenía babeando cuando lo vi.

—Adorable.

—¿Adorable? —cuestiono con las cejas en alto—, adorable tú con tus labios rojizos por estar sobre los míos.

Eso hizo que mi cara estuviera igual que mis labios. Me oculte en su pecho y mi cuerpo se sacudió al ritmo de su risa. Su risa otra cosa que me tenía bajo el estúpido efecto Davis, además sus ojos se tornaban preciosos cuando se reía.

—Creo que es lo más romántico que te he escuchado decir —dije aun pegada a su pecho.

—Ronald Davis no es romántico, nena —dijo en un tono bajo y áspero que me hizo sentir cosquillas en...

Pues en definitiva lo que hacíamos no era nada romántico. No me imaginaba como se veían 2 adolescentes acostados sobre un sofá actuando como adultos. Y muy probablemente dependiendo de quién nos descubriera, porque estaba consciente de que eso iba a suceder tarde o temprano, podría decir que éramos adorables pero dudo mucho que esa palabra estuviera en el vocabulario de John y mucho menos en el de Patty. Además no es como que la mujer estuviera muy contenta de tenerme viviendo con ellos. Y lo peor y más importante de todo: nadie sabía que era hija de John Morrison y que no era la única. Pero en ese entonces solo era Peyton Williams.

WHISPERS: Mi HermanastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora