Capítulo 22
PEYTON. 2016
El recorrido a la casa hogar iba a dar inicio y es por eso que la tal Maggie fue a buscarnos. Nos reunimos con los demás invitados en el piso de abajo. Todos los niños, incluyendo a Liam, estaban detrás de la señora Cleo y nosotros frente a ella.
La calidad y elegancia de todos era notable y había desde personas muy adultas a niños entre los invitados. Estaba nerviosa porque no tenía la menor idea de cómo funcionaba lo de las donaciones. Me iba a sentir completamente estúpida si le preguntaba a Ronald así que preferí poner atención a lo que estaba sucediendo. Cleo se mostró frente al público con seguridad.
—Hola. Soy Cleo Geller. Principalmente bienvenidos y muchas gracias por asistir a esta reunión de cada año —sonrió y todos aplaudimos—. Este año veo muchos rostros nuevos y también muchos rostros familiares —fue cuando miro a Ron con una sonrisa tan dulce—. Como cada año vamos a dar un recorrido a nuestro hogar y de a poco irán conociendo a los niños.
Ron observaba a Cleo hablar con una sonrisa. Suponía que la mujer era importante para él. Lo notaba por la cálida mirada y por la clase de atención que le prestaba cuando la escuchaba.
—Deja de mirarme y presta atención. Jamás he venido a una de estas cosas y no sé cómo funciona.
Sentí mi cara caliente. Que maldita vergüenza, me pillo viéndolo como una tonta psicópata. Por supuesto que lo miraba de tal forma, Ronald era súper guapo y alto y un poco arrogante y yo era una chiquilla de 16 años que jamás había sido tocada por alguien que había deseado y además el chico me había besado. Necesitaba más.
Quería más.
—¿Ahora no hablas? —pregunto con gracia.
—Perdón —susurre sin verle.
¿Con que cara lo miraba? Quería que la tierra me tragaba y me escupiera en Paris. Cuando gire mi cabeza para el otro lado ahí estaba parada Chloe saludando con sus dedos largos y delgados. La regañé con la mirada y se comenzó a reír tapándose la boca.
—Entonces bien, esta es nuestra sala y todos los miércoles por las noches antes de ir a la cama ponemos un proyector sobre la pared a sus espaldas y miramos películas. Como se podrán dar cuenta este año recolectamos a 20 niños más y este salón ya es muy pequeño para todos, además solo tenemos 3 sillones y los que no caben se tienen que sentar en el suelo. Este año esperábamos poder ampliar esta área.
La mano de Ron estuvo en mi cintura la mayor parte del tiempo. Al final Cleo nos explicó que le habían llegado niños y adolescentes de más y que ella no tenía el corazón para decir que no pero en definitiva tenían que ampliarse un poco. Faltaban 10 camas por lo que los más pequeños compartían cama para que todos cupieran. Tenían un fuerte problema de humedad en el sótano debido a que las tuberías ya estaban muy viejas. La ropa era cada vez más escasa porque todos preferían donar dinero y ya era menos la ropa que recibían y por más que recaudaran muchísimo dinero era muy caro comprar ropa nueva y además mantener todos los viles de la casa ya que el lugar se mantenía gracias a donaciones.
ESTÁS LEYENDO
WHISPERS: Mi Hermanastro
RomancePronto te vas a enamorar del mágico pueblo de Whispers y sus maravillosas historias de amor. ¿Qué hace la hija de una mujer en rehabilitación cuando no tiene a dónde ir? Busca al padre que no ha visto en años y que tiene dinero de sobra para manten...