Capítulo 44
PEYTON. 2016
A la mañana siguiente abrí mis ojos reconociendo las paredes del cuarto en donde estaba y sabía que no era mi habitación. Me sobresalte un poco sentándome en la cama y mire a Ron dormido a mi costado destapado y en bóxer. ¿Había pasado la noche con él? Me hice a la orilla pero no medí bien que tanto me moví y termine cayéndome.
Ron asomo su cabeza alarmado por el sonido del golpe.
—Dios, Pey ¿estás bien? —pregunto tendiéndome una mano.
Al momento de aceptarla me di cuenta que mi ropa estaba puesta. Nada había pasado nada entre nosotros. Me puse de pie.
—¿Qué hago aquí? —pregunte buscando mis tenis en el suelo con la mirada.
Se puso una almohada sobre la cara.
—Chloe y Briana están en tu habitación —dijo sonando un poco dormido aun—, no había mucho espacio para ti. Se quedaron dormidas.
Ohhh...
—Claro —dije sentándome en la cama sintiendo un tremendo dolor de cabeza.
Debí tomar mucho la noche anterior porque no recuerdo en qué momento se terminó la fiesta o cuando termine dormida junto con Ron. Estaba agradecida de que nada había pasado ya que estaba demasiado borracha. Sentí sus dedos en mi cintura y sus brazos me rodearon jalándome cerca de él.
—Venga hay que dormir un rato más —dijo en mi cuello.
—¿Qué haces? —pregunte sintiendo su respiración a mi espalda.
—Shh... quiero dormir —dijo apretándome más—, duerme otro rato.
Mi cabeza punzo más fuerte y cerré mis ojos cayendo dormida de nuevo.
Para cuando abrí mis ojos de nuevo el dolor de cabeza había desaparecido pero mi estómago rugía rogando ser alimentado. Me extendí sobre la cama dándome cuenta que Ron ya no me hacía compañía pero escuche la regadera abierta en su baño. Suspire mirando el techo, me senté sobre la cama cuando escuche la puerta del baño abrirse. Lo vi parado con una toalla sostenida a sus caderas, no pude evitar abrir un poco mi boca.
—Oh, despertaste —dijo girándose a un mueble—, ¿dormiste bien?
Mi boca estaba seca de verlo.
—Sí, si —dije quitándome las sabanas de encima en un esfuerzo de dejar de verlo.
—Bien —dijo quitándose la toalla sin temor alguno—, María está haciendo desayuno para todos.
Dios ¿Qué hora era? Yo también necesitaba una ducha. Mire el reloj en su mueble junto a la cama, eran las 11:04 AM.
—Quizás debería de... amm... —dije cubriéndome el costado de la cara—, irme.
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WHISPERS: Mi Hermanastro
RomancePronto te vas a enamorar del mágico pueblo de Whispers y sus maravillosas historias de amor. ¿Qué hace la hija de una mujer en rehabilitación cuando no tiene a dónde ir? Busca al padre que no ha visto en años y que tiene dinero de sobra para manten...