¿Harry?

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Capítulo 34

PEYTON. 2016

El brazo de Ronald me sujetaba con fuerza, yo era la cuchara pequeña. Me había despertado alarmada porque alguien tocaba a la puerta e intentaba entrar. Sacudí el brazo de Ron pero no obtuve ninguna reacción, le di un codazo en el pecho y solo así se quejó un poco y la manilla de la puerta se movió con más fuerza.

—Alguien toca la puerta —dije en voz muy baja.

Tocaron varias veces más, Ron se recargo en su codo y se tallo los ojos escuchando los golpes en la puerta. Me hizo una seña de que no hiciera ruido y luego otra negando con la cabeza.

—¿Ron, estas ahí? —Patty, era la voz de la bruja, perdón la madre de Ron y esposa de John—. ¿Por qué tienes la puerta cerrada? Ronald, levántate ya, John y yo nos vamos —volvió a tocar la puerta—. ¡Ronald! Baja a desayunar y sin importar nada, Ronald, lo digo en serio —el tono de voz se elevó a través de la puerta—. No te quiero cerca de esa chica, Ron, ojala que no regrese.

No dijo nada y yo tampoco. El sonido de sus tacones hizo ruido cuando se fue, Ron se paró asomándose por la ventana. Tenía la vista al frente de la casa, me envolví en la sabana y encontré mi vestido. Me lo puse al revés para no batallar al cerrar el zíper.

—Lo siento —escuche su voz lejos.

Levante mis zapatos del suelo. Lamentables primeras palabras que dijo aquel día.

—Tú no tienes la culpa, yo voy a mi habitación —dije caminando hacia la puerta.

Escuche como reboto sobre la cama y luego sus pies cayeron al suelo de nuevo. Uno de sus brazos me rodeo por la cintura por detrás, no intente quitarlo pero tampoco le hice algún gesto.

—Es la fiesta del 4 de julio en el puerto hoy debajo del muelle, me preguntaba si quieres ir conmigo ¿tal vez?

Sus palabras me derritieron, me había entregado a él y pronto tenía que dejarlo. No debía continuar con las mentiras y era mejor dejarlo así, como una aventura. Estaba aturdida en su habitación y con su respiración cerca de mi oreja.

—No lo sé, de seguro estoy castigada de por vida o tendré que encontrar un lugar donde vivir —dije sin verlo—. Sera mejor que vayas con tus amigos y es muy probable que John vaya a estar ahí.

—No me importa, Peyton, te lo dije —entonces me da una vuelta para quedar frente a frente.

—¿Qué hay de tu madre, Ron? ¿Estás seguro que no te importa? Porque hasta donde yo sé podrías perder hasta la herencia de John —reclame de vuelta.

Ron soltó una carcajada, se pasó una mano por la cara y negó con la cabeza. Todavía llevaba solo su bóxer y esa era una gran distracción para todos mis sentidos.

—Me vale una mierda la herencia de John. Además, la herencia del gran John Morrison es para aquel que lleve su sangre —se volvió a reír—. Quien sabe, pero la meta obsesiva de mi madre se ha convertido en lograr poner mi nombre.

¿Entonces Patty solo iba sobre el dinero de John? Quien iba a decirlo, con la cara de perra seria que se cargaba. Pero que estúpida si la verdadera información era lo de la herencia, aquel que lleve su sangre. Singular, debía ser Jared a menos que John tuviera algún otro hijo del que nadie sabía pero me costaba creerlo. O podía ser para varios...

—No creo ir al muelle hoy pero diviértete —sin esperar una respuesta me fui a mi habitación.

*****

Luego de darme una ducha y ponerme ropa veraniega pero cómoda baje porque tenía demasiada hambre y también a buscar a María para disculparme por lo del día anterior. También me dolía el cuerpo, nadie nunca hablo del dolor después de algo que da placer. Mis muslos se sentían pesados y muy adoloridos, mis caderas dolían con cada paso que daba y una sensación en mi entrepierna siempre me tomaba de sorpresa cuando recordaba el cuerpo de Ron sobre el mío y cuando recordaba como entra... y ahí estaba de nuevo, esa deliciosa punzada de un placentero dolor de deseo por tener a esa persona de esa forma nuevamente.

WHISPERS: Mi HermanastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora