Diego despertó antes de llegar al restaurante, se dio cuenta que estaba en brazos de su mamá. Se tallo los ojitos y Paola le sonrió.
-Papi-dijo Sofia-¿podemos comer pizza?
-Si mi amor-dijo el sonriéndole.
Al restaurante qué fueron vendían todo tipo de comida. Matías también quería pizza y Diego también. Todos entraron al restaurante. Los niños quisieron ir a jugar, Matías ordenaria la pizza. Mariana estaba hablando con sus amigas de su paseo con Rodrigo y ellas estaban encantadas con los regalito qué les hizo. Fernando y Paola quisieron una ensalada y Mariana una hamburguesa. Matías después de pedir la comida, fue con sus hermanitos para jugar con ellos. Los hermanos de Paola le llamaron para saber como les había ido a los niños, todos estaban un poco preocupados por los niños, en especial por Diego, ya que sabían del gran temor del niño por las inyecciones. Ella les dijo que los niños estaban jugando mientras esperaban la comida. Paola fue hasta los niños para que hablaran con sus tíos y abuelos un momento. Hablaron con sis tíos y al colgar le entregaron el celular a Paola.
-Mis niños ¿que van a querer de premio?-preguntó Paola.
-Mami yo quiero una tortuga de verdad-dijo muy emocionada Sofia.
Matías volteo a ver a su madre intrigado, por saber que contestaría, pues a ella no le gustaba tener animales en la casa. A Mariana y a él de niños les permitió tener un perrito, solo porqué Fernando les ayudo a convencerla y tardaron mucho en que accediera.
-Mi amor, pero ya tenemos a Zeus-dijo con pesar.
-Mami-dijo triste-tu dijiste que podíamos escoger el premio que quisiéramos.
-Yo me refería a otra cosa mi amor, no a otro animalito en la casa.
Sofia no dijo nada y se fue triste con su papá quien al verla a punto de llorar la tomo en brazos.
-¿Qué pasa mi princesa?-preguntó un poco preocupado, pues creyó que se había golpeado o que se sentía mal por lo de las vacunas.
Fernando al abrazarla sabia que no tenía fiebre.
-Mami-dijo llorando tranquila-dijo que no.
-¿A que dijo que no mamá?-preguntó extrañado.
Sofia le explico y Fernando ahora entendía todo, sabía que su esposa no era fan de los animales y que a sus hijos les encantaban. Paola, Matías y Diego llegaron a la mesa. Paola se puso triste cuando vio a su hija llorar, ya que ella no había sido especifica con ellos de que podían pedirle y que no. Con lo que paso, Diego no le dijo que quería, porqué él apoyaría a Sofia y si le compraban la tortuga él no pediría nada. La comida llego. Sofia dejo de llorar ya que su papá le dijo un secreto al oído y se puso contenta. Se quedo en las piernas de papá comiendo la pizza. Paola sabía perfectamente lo que Fernando le había dicho a la niña y tendría que acceder a lo que quiera, les había dado su palabra de darles un regalo y a si no le gustara lo que quisieran, cumpliría con su palabra. Todos comieron de lo más agusto, platicando de como les había ido en su día. Mariana seguía encantada por Rodrigo y Matías tuvo deseos de delatarla delante de sus padres, pero no quería que su hermana se metiera en problemas y primero hablaría con ella. Al terminar de comer, los niños fueron un rato a Jugar, Mariana y Matías les acompañaron. Fernando tuvo la oportunidad de platicar con su esposo. Y llegaron a la conclusión de que le comprarían a Sofia lo que había pedido. Sin esperarselo los hermanos y papás de Paola llegaron al restaurante. Sofia corrió a la puerta cuando los vio. Sus tíos la quisieron tomar en los brazos al mismo tiempo. Fue Gabriel quien la agarró y con un beso saludo a todos muy contenta. Paola también llego para saludar a sus padres y hermanos. Fernando se quedo pagando la cuenta. Matías, Mariana y Diego también fueron a saludar a los recién llegados. Todos se fueron a casa de Paola, pues su familia ya habían comido. Al llegar a casa, Diego tomó su mochila y se fue rápidamente a su cuarto. Se sentía muy mal por lo que le había dicho a su papá y le escribió una carta. Todos abajo se extrañaron del comportamiento de Diego, pero Paola pensó que se sentía mal y entró a la casa a buscarlo, el niño estaba saliendo de su habitación.