Las Vacunas

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Fernando sabía que llevar a sus pequeño hijos al hospital sería difícil y más si no tenía el apoyo de su esposa. Sabía perfectamente que con el que más batallaría sería con Diego, pues en varias ocasiones había visto que le tenía un gran miedo a las inyecciones. Termino de bañarse y se cambió, se pudo un pantalón de mezclilla negro y una camisa blanca, Zapatos negros y bajo a la cocina.

-Señor buenos días-dijo doña Mari-¿y la señora? -pregunto desconcertada al no verla.

-Buenos días doña Mari-saludo-la señora está enferma, tiene gripe, no es nada grave, por favor prepárele un caldo de pollo y le sube un plato, use cubre bocas, ya sabe en qué cajón están, yo tengo que ir con los niños al hospital, necesitan sus vacunas para poder entrar a la escuela.

-Sí señor, ahorita lo hago, el desayuno ya está listo, voy a servirles.

-Gracias-dijo sonriente-voy a ir por los niños.

Fernando fue al cuarto de Diego. Batallo un poco para despertarlo.

-Hijo, hay que ponerte de nuevo las gotas en los ojitos-le dijo tranquilo.

-Papá ¿y mamá?

-Está enferma mi amor, tiene gripe.

-Quiero verla-Diego se levantó de la cama apurado.

-No hijo-Fernando lo detuvo-tú también te puedes enfermar, la gripe es contagiosa.

-Papá-dijo desesperado.

-Ya que desayunes, vas a poder verla, pero primero vamos a ponerte las gotas, acuéstate-le pidió-Hijo, mejor cierra los ojos y yo lo voy a abrir para poder echarte las gotitas.

Diego lo hizo. Fernando no batallo. Cuando termino fueron al cuarto de Sofia quien ya estaba despierta.

-Papá, quiero ver a mami-dijo un poco triste.

-Ya que desayunen mi amor-dijo él con cariño.

Los 3 bajaron a desayunar. Al terminar Fernando les puso cubre bocas y fueron a ver a Paola, pero estaba dormida y no la quisieron despertar. Fernando toco su frente para saber si no tenía fiebre y por suerte no la tenía. Le dijo a los niños que se cambiaran y bajo para darle instrucciones a doña Mari. Los niños bajaron rápido. Fernando estaba revisando su celular en la sala.

-¿A dónde vamos papi?-preguntó Sofia llegando a dónde él estaba.

Fernando dejo su celular. Los niños estaban frente a él.

-Mi amor-dijo tranquilo-cómo ustedes han pasado mucho tiempo en orfanatos y no tienen todas las vacunas que necesitan para entrar a la escuela, debemos ir al hospital para que se las pongan.

-Papi no-dijo Sofia casi llorando.

Diego se asustó, pero no dijo nada.

-Princesa es necesario, pero te tengo una buena noticia, las vacunas son en el bracito y no duele nada-sonrío.

Abrazo a la niña y a Diego también.

-Es normal tener miedo, mis amores, pero yo voy a estar con ustedes en todo momento-les hablo con amor-yo solo quiero que estén bien y las vacunas son parte de ese bienestar-los vio a los ojos.

-¿Duelen?-preguntó Diego temeroso.

-Hijo no quiero mentirte puede que el piquetito si, pero muy poquito.

-¿Nos va a inyectar tú papi?-preguntó Sofia con miedo.

-No mi amor, tenemos que ir con una enfermera, se llama Angélica y es muy buena con las vacunas.

La adopción de Diego y SofiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora