Noxara

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El dragón rugió de dolor, desintegrándose en una nube de oscuridad que se dispersó rápidamente en el aire. Sarah y Aric cayeron al suelo, agotados pero victoriosos. Mientras recuperaban el aliento, sus miradas se encontraron y en sus ojos se reflejaba la intensidad de la batalla y el alivio de la victoria.

—Lo hicimos —dijo Sarah, sonriendo con cansancio.

Aric se acercó a ella y le tomó la mano, sus dedos entrelazándose.

—No podría haberlo hecho sin ti, Sarah —respondió, su voz cargada de emoción.

Sarah sintió un calor en su pecho al ver la sinceridad en los ojos de Aric. En ese momento, todo lo que habían pasado juntos, las batallas, las pérdidas y los triunfos, pareció converger en un único sentimiento profundo.

—Aric, yo... —comenzó Sarah, pero sus palabras fueron interrumpidas por un estruendo en el cielo.

Una nueva grieta se abrió, y esta vez, la oscuridad que emanaba de ella era aún más densa y maligna. De la grieta emergió una figura encapuchada, envuelta en sombras.

—¡No puede ser! —exclamó Zetharion, que había llegado corriendo—. Es Noxara, la hechicera de la noche eterna. Ella es una amenaza aún mayor que Morgana.

Noxara levantó una mano y una oleada de energía oscura se desplegó hacia ellos. Sarah y Aric se cubrieron, pero la fuerza del impacto los separó y los arrojó al suelo.

—¡Debemos detenerla! —gritó Aric, levantándose con dificultad.

Sarah se puso en pie, sintiendo la energía del medallón fluir a través de ella. Con determinación, se lanzó hacia Noxara, esquivando sus ataques y devolviéndolos con ráfagas de luz pura.

La batalla fue feroz. Noxara invocó criaturas sombrías que atacaron a Sarah y Aric desde todos los ángulos. Sarah utilizó el medallón para crear barreras y lanzar contraataques, mientras Aric cortaba a través de las sombras con su espada de cristal. Zetharion, usando su vasta experiencia y magia, se unió a la lucha, protegiendo a Sarah y Aric y lanzando hechizos de ataque contra Noxara.

—¡No te dejaremos destruir este mundo! —gritó Sarah, canalizando una poderosa ráfaga de luz hacia Noxara.

Noxara rió fríamente, desviando el ataque con facilidad.

—Soy más poderosa de lo que puedes imaginar, niña. Tú y tus amigos no son más que insectos para mí.

Pero Sarah no se dejó intimidar. Recordando el sacrificio de su madre y la valentía de sus amigos, encontró una fuerza renovada.

—No estás sola, Sarah —dijo Aric, apareciendo a su lado—. Juntos somos más fuertes.

Aric y Sarah se miraron, sus manos entrelazándose nuevamente. La conexión entre ellos se transformó en una energía brillante, uniendo sus poderes. Con un grito conjunto, lanzaron una ráfaga de luz y energía cristalina hacia Noxara.

La hechicera, sorprendida por la intensidad del ataque, intentó defenderse, pero la fuerza combinada de Sarah y Aric fue abrumadora. La luz pura atravesó las sombras, golpeando a Noxara directamente.

Noxara gritó de dolor, su forma oscura desmoronándose. Con una explosión final, la hechicera fue desintegrada, y la grieta en el cielo se cerró.

El claro quedó en silencio, y Sarah y Aric se abrazaron, sintiendo la paz después de la tormenta.

—Lo logramos, juntos —dijo Aric, acariciando suavemente el rostro de Sarah.

Sarah lo miró, sus ojos llenos de gratitud y amor.

—Sí, juntos —respondió, y sin pensarlo más, se inclinó y lo besó.

El beso fue un remanso de paz en medio del caos. Era una promesa de esperanza y de un futuro compartido. Cuando finalmente se separaron, ambos sonrieron, sabiendo que, a pesar de las batallas y las pérdidas, habían encontrado algo hermoso entre ellos.

Zetharion se acercó, su expresión solemne pero con una chispa de orgullo en sus ojos.

—Habéis hecho un gran sacrificio y demostrado una fuerza inmensa. Pero recordad, siempre habrá amenazas que enfrentar. Debéis estar preparados.

Sarah y Aric asintieron, sabiendo que su lucha no había terminado. Pero ahora, con el amor y la amistad que los unían, estaban listos para enfrentar cualquier desafío que el futuro les deparara.

Y así, con la luz del amanecer asomando en el horizonte, el grupo se preparó para su próximo viaje, sabiendo que juntos, podían superar cualquier oscuridad.

Lo que esconden los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora