Sentimientos

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Los días transcurrían con una aparente tranquilidad en la aldea, pero el corazón de Sarah estaba lleno de decisiones importantes. Después de la reciente batalla contra Draegor y la revelación del destino de su padre, Sarah sentía una urgencia renovada por vivir plenamente. Sabía que quería dar el siguiente paso con Aric y formar una familia con él.

Una mañana, mientras paseaban por los bosques cercanos, Sarah decidió expresar sus sentimientos.

—Aric, hay algo que he estado pensando desde hace tiempo —dijo, deteniéndose junto a un arroyo cristalino—. Hemos pasado por tanto juntos y sé que quiero pasar el resto de mi vida contigo. Quiero formar una familia contigo.

Aric la miró, sus ojos llenos de amor y sorpresa.

—Sarah, yo... yo también he estado pensando en eso. Te amo más de lo que puedo expresar y no hay nada que desee más que estar contigo.

Antes de que pudiera continuar, una figura emergió de entre los árboles. Era Liora, una aldeana que había mostrado un interés particular en Aric desde hacía tiempo. Liora era conocida por su carácter turbio y engreído, y no había ocultado su desdén hacia Sarah.

—Aric, ¿qué haces aquí con ella? —preguntó Liora con desdén—. Sabes que siempre he estado a tu lado, apoyándote en todo.

Sarah sintió una punzada de inseguridad, pero Aric apretó su mano, dándole fuerza.

—Liora, sé que has estado cerca, pero mi corazón pertenece a Sarah. Ella es la persona con la que quiero estar, la mujer a la que amo.

Liora frunció el ceño, su mirada llena de resentimiento.

—¿De verdad? ¿Después de todo lo que hemos pasado, tu elección será ella?

Aric se adelantó, su voz firme pero amable.

—Liora, te agradezco todo lo que has hecho, pero mi amor por Sarah es inquebrantable. Ella y yo hemos compartido experiencias que nos han unido de una manera que nada puede romper.

Liora lanzó una mirada venenosa a Sarah antes de girarse y marcharse, su orgullo herido.

Sarah respiró aliviada, volviendo su atención a Aric.

—Gracias, Aric. No sabía qué decir, ni cómo reaccionar.

Aric sonrió y acarició su mejilla.

—Sarah, nunca dudes de mis sentimientos por ti. Quiero formar una familia contigo, enfrentar juntos cualquier desafío y construir un futuro brillante.

Sarah sonrió, sintiendo una felicidad profunda y verdadera.

—Entonces, hagámoslo realidad.

De vuelta en la aldea, comenzaron a planificar su futuro. La noticia de su compromiso se extendió rápidamente, llenando a los aldeanos de alegría y esperanza. Sabían que Sarah y Aric eran el corazón de su comunidad, y su amor fortalecía a todos.

Sin embargo, no todo era paz y celebración. Liora, herida y resentida, comenzó a tramar en secreto. No podía soportar la idea de perder a Aric y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para separarlos.

Una noche, mientras la aldea dormía, Liora invocó fuerzas oscuras en un ritual prohibido. Sin darse cuenta, había desatado una nueva amenaza sobre la aldea.

Al día siguiente, Sarah y Aric se despertaron con la noticia de extrañas criaturas que merodeaban cerca. Sabían que su amor y unión serían puestos a prueba una vez más.

—Pase lo que pase, lo enfrentaremos juntos —dijo Sarah, preparándose para la batalla.

Aric asintió, su amor por ella más fuerte que nunca.

—Juntos, siempre.

Mientras se preparaban para defender a su hogar, sabían que su amor era la clave para superar cualquier oscuridad. Unidos, eran invencibles, y juntos, enfrentarían cualquier desafío que se les presentara.

Liora, observando desde las sombras, supo que había desatado algo que no podía controlar. En su afán por separar a Sarah y Aric, había puesto en peligro a toda la aldea. Pero Sarah y Aric, con su amor y valentía, estaban listos para enfrentarse a cualquier adversidad, sabiendo que juntos podían superar cualquier obstáculo.

Lo que esconden los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora