🥀Capitulo 64: La Gala de la Lujuria 🥀

5 1 0
                                    

A la mañana siguiente, Mariel se levantó de la cama medio adormilado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A la mañana siguiente, Mariel se levantó de la cama medio adormilado. Se dirigió a la cocina en busca de un vaso de agua. Mientras estaba allí, Angel Dust, al verlo, soltó un grito de sorpresa.

—¡Oh mierda! —exclamó Angel Dust—. ¡Mariel, estás usando lencería negra y provocativa! Si tu padre Alastor te ve así, te irá muy mal. ¡Pero, joder, te ves sexy!

Mariel se volteó lentamente, todavía medio adormilado por las mordidas y nalgadas que Lucifer le había dado la noche anterior. Se sobó el cuello, donde aún sentía el ardor de una mordida particularmente fuerte.

—Ha... hola, tía Angel —dijo Mariel con una sonrisa somnolienta—. ¿Qué tal?

Angel Dust se acercó, su mirada fija en la lencería de Mariel con una mezcla de sorpresa y admiración.

—No me digas que Lucifer está siendo más salvaje de lo habitual —comentó Angel Dust con una risita traviesa—. Aunque, honestamente, con ese atuendo, no puedo culparlo. ¿Cómo te sientes?

Mariel, aún medio adormilado, se encogió de hombros.

—Siento que no me puedo mover sin recordar lo que pasó anoche —dijo Mariel, su tono mezclando incomodidad y diversión—. Lucifer puede ser bastante intenso a veces.

Angel Dust soltó una risa suave, sacudiendo la cabeza con incredulidad.

—Bueno, no te preocupes. Te ves increíble. Y si necesitas algún consejo sobre cómo manejar a Lucifer, sabes dónde encontrarme.

Mariel sonrió, sintiéndose un poco más despierto y aliviado por la actitud desenfadada de Angel Dust.

—Gracias, tía Angel. Aprecio el apoyo. Ahora, ¿quieres acompañarme a buscar ese vaso de agua? Mi cabeza todavía está en las nubes.

Angel Dust asintió con una sonrisa, acompañando a Mariel mientras ambos se dirigían a la cocina. A medida que avanzaban, la conversación se desvió hacia temas más ligeros, y Mariel se sintió un poco más preparado para enfrentar el día, a pesar de las marcas y el cansancio que aún sentía.

———
Más tarde, mientras los demás bajaban a desayunar, Mariel entró en pánico al ver a su padre, Alastor, en la mesa. Se arregló lo mejor que pudo, ajustando su cabello y el collar de corazón de piedras preciosas que Lucifer le había dado como promesa de amor eterno. Mariel se sentó junto a Angel Dust, quien le echó una mirada curiosa por el atuendo.

Alastor, al ver a Mariel con ese atuendo provocativo, se molestó visiblemente. Su tic en el ojo se hizo más pronunciado. Solo pudo pensar:

—¿Cómo pude aceptar a Lucifer Morningstar como mi yerno? Qué horror, ese demonio está convirtiendo a mi hermoso caballero en un... —Se detuvo y hizo un gesto de asco—.

Todos estaban reunidos en la mesa: Charlie, Niffty, Vaggie, Husk y Angel Dust. Cuando Lucifer bajó las escaleras y se sentó al lado de Mariel, acariciando su muslo, el tic de Alastor se intensificó. Con una sonrisa en el rostro, Lucifer observó a los presentes y dijo:

MI PEQUEÑO ANGELITO-  ENTRE ENGAÑOS Y  TRAICIONES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora