**Capítulo 40: Estrella de Rock, Gira y Peligros **

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**Mariel**

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**Mariel**

Mientras me preparaba para salir de gira con mi banda, la emoción y la nostalgia se mezclaban en mi pecho. El autobús negro, reluciente y ominoso, esperaba fuera del Hazbin Hotel, y el rugido del motor resonaba en mis oídos como un recordatorio de que pronto estaría lejos de casa. Antes de irme, me acerqué a Lucifer, quien me observaba con una mezcla de orgullo y preocupación.

"Ten paciencia con Adam, y asegúrate de pasar más tiempo con Charlie mientras esté fuera", le dije con una sonrisa, tratando de inyectar un poco de ánimo en nuestras despedidas. "Te quiero, Luci", añadí, dándole un rápido beso en la mejilla antes de subir al autobús.

El viaje fue largo y lleno de anticipación. Las luces de la ciudad parpadeaban como estrellas, y el paisaje infernal se desvanecía a medida que nos dirigíamos hacia nuestro destino: un lujoso hotel patrocinado por Mammon, uno de los demonios más poderosos y avariciosos del Infierno. Llegamos tarde por la noche, y el hotel, con su fachada dorada y opulenta, nos recibió con un brillo que solo podría describirse como decadente.

Me hospedé en la suite más lujosa, adornada con tapices dorados y candelabros de cristal. Me dejé caer en la cama de satén rojo, sintiendo la suavidad bajo mi piel y el peso de la anticipación sobre mis hombros. Justo cuando empezaba a relajarme, la puerta se abrió y Mammon entró, con su presencia imponente y su sonrisa depredadora.

"Vaya, pero si es el chico más guapo del infierno", dijo con una voz melosa y peligrosa, sus ojos recorriéndome con una mezcla de curiosidad y posesividad. "No te veía desde que eras un niño... Lucifer nunca deja que pases al estadio, ya sabes, tiene miedo de que te secuestremos... Pero ahora estás en mi territorio, y eres mío mientras dure tu gira".

Retrocedí instintivamente, chocando con la fría pared de mármol detrás de mí. Mis ojos se encontraron con los suyos, llenos de miedo e incertidumbre. "¿A qué te refieres con que soy tuyo?", pregunté, tratando de mantener la calma aunque mi voz temblaba ligeramente.

Mammon se acercó, su sonrisa ampliándose mientras levantaba una mano para acariciar mi mejilla. "Significa que mientras estés aquí, en mi territorio, estás bajo mi protección... y mi control", dijo, su tono suave pero cargado de amenaza. "Nadie te hará daño, pero tampoco te alejarás de mi vista".

Mi corazón latía con fuerza mientras trataba de procesar sus palabras. "No tengo intención de causarte problemas", respondí, intentando sonar convincente. "Solo quiero concentrarme en mi música y en la gira".

Mammon se rió suavemente, alejando su mano y retrocediendo un paso. "Eso espero, Mariel. Porque aquí, todo tiene un precio, y nada es realmente gratis", dijo, su sonrisa volviendo a su rostro. "Disfruta de tu estadía, pero recuerda... siempre estoy observando".

Me quedé solo en la suite, mi mente llena de pensamientos caóticos y temores. La realidad de estar en el territorio de Mammon y bajo su vigilancia constante pesaba sobre mí como una losa. Sabía que tenía que mantener la calma y centrarme en mi música, pero la inquietud seguía latente en mi pecho.

MI PEQUEÑO ANGELITO-  ENTRE ENGAÑOS Y  TRAICIONES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora