Alastor, el Demonio de la Radio, era un poderoso Overlord envuelto en intriga y misterio. Llevaba una existencia solitaria hasta que la princesa del infierno, Charlie Morningstar, lo convenció de adoptar a un hijo. Al principio, Alastor dudó, pero l...
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**Narrador omnisciente:**
El joven ángel, Mariel, sin saber de la inminente amenaza que se cernía sobre él por parte de Roo y Obskurath, disfrutaba de un momento de tranquilidad con sus amigos. Había decidido escapar del Hazbin Hotel, donde Lucifer lo mantenía muy vigilado debido a su embarazo, para ir a visitar a Blitzo, Millie, Moxxie, y Loona en la corporación de la I.M.P, en el anillo de la lujuria. Mariel, conocido no solo por ser el ángel más guapo de todo el Infierno sino también por ser una estrella de rock en ascenso, había sentido la necesidad de relajarse y divertirse lejos de la estricta mirada de su esposo.
Sentado en una de las sillas del caótico pero acogedor cuartel de la I.M.P., Mariel reía a carcajadas mientras charlaba con Blitzo y el resto del equipo. Sus alas doradas, que usualmente llamaban la atención, estaban plegadas tras su espalda, y su brillante cabello caía en suaves ondas alrededor de su rostro.
—¡No puedo creer que hayas dejado a Lucifer solo por un rato! —se burló Moxxie, con una sonrisa traviesa—. ¿No te preocupa que te arrastre de vuelta al hotel en cuanto se entere?
Mariel rió, agitando una mano despreocupada.
—Bueno, tiene que aprender a vivir sin mí por unas horas, ¿no? No puede tenerme encerrado todo el tiempo —respondió con un brillo en los ojos—. Además, extrañaba verlos a todos.
Blitzo, con su usual actitud descarada, lanzó una carcajada.
—¡Eso es espíritu, muchacho! ¡A Lucifer le vendría bien un poco de humildad! —exclamó Blitzo, dándole una palmada en el hombro a Mariel—. Además, aquí estás más seguro. No va a venir a buscarte en el anillo de la lujuria... o eso espero.
Mariel le devolvió la sonrisa, pero algo en su mirada se suavizó. Luego, tomando las manos de Blitzo, el joven ángel adoptó una expresión más seria.
—Blitz... —comenzó, tomando una profunda respiración—. Tengo algo importante que decirte.
Blitzo arqueó una ceja, notando el cambio en el tono de Mariel.
—¿Qué pasa, cariño? No me asustes —dijo Blitzo, medio en broma, medio preocupado.
—Voy a tener otro bebé —reveló Mariel, su voz cargada de emoción y nerviosismo—. Es un varón.
El silencio cayó sobre la sala por un instante. Blitzo se quedó mirándolo con los ojos muy abiertos, procesando lo que acababa de escuchar. Millie y Moxxie también intercambiaron miradas sorprendidas, y Loona, que hasta ese momento había estado jugando con su teléfono, levantó la vista con interés.
—¡Puta madre! —exclamó Blitzo finalmente, su expresión una mezcla de sorpresa y diversión—. ¡¿Vas a dar a luz al anticristo o qué?!
Mariel se echó a reír ante la exagerada reacción de su amigo.
