🥀Capitulo 67: Si No Eres Mio No Eres De Nadie 🥀

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

Mientras tanto, en el Anillo del Orgullo, Mariel caminaba alegremente, repartiendo los nuevos folletos del Hazbin Hotel por pedido de Charlie. Con una sonrisa brillante y una mirada optimista, no se daba cuenta de que un demonio Overlord lo observaba desde las sombras, los ojos brillando con malicia. Este demonio, sediento de venganza contra Lucifer Morningstar, había puesto su mirada en Mariel. Para él, si Mariel no podía ser suyo, no sería de nadie.

De repente, el Overlord salió de las sombras y atrajo a Mariel hacia un callejón oscuro. Mariel, aún con la confianza de estar haciendo un buen trabajo, le ofreció un folleto con una sonrisa.

—Hola, señor. ¿Le gustaría un folleto del Hazbin Hotel? —dijo Mariel, extendiendo uno hacia el demonio—. Aquí puede encontrar información sobre cómo buscar la redención.

El demonio Overlord, con una sonrisa cruel que revelaba colmillos afilados, se acercó lentamente a Mariel, invadiendo su espacio personal. Sus ojos brillaban con una intensidad peligrosa mientras decía:

—¿Redención? No estoy interesado en eso, angelito. Lo que quiero es asegurarte de que no vayas a ningún lado con tu hermoso cuerpo.

Mariel frunció el ceño, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda al captar la amenaza en la voz del demonio.

—¿De qué está hablando? —preguntó Mariel, intentando mantenerse calmado, aunque la inquietud comenzaba a apoderarse de él—. Si no desea un folleto, puedo seguir con mi trabajo.

El Overlord rió con frialdad, una risa que resonaba en el callejón como un eco sombrío. Sacó un cuchillo celestial, su intención clara y siniestra.

—Mi intención es simple, Mariel. Si no puedes ser mío, no serás de nadie. —El cuchillo brillaba con una luz fría mientras lo acercaba a Mariel—. Y créeme, no tengo problema en acabar contigo.

Mariel retrocedió, el miedo creciendo en su pecho. La amenaza era evidente, y el cuchillo celestial, una herramienta mortal para los ángeles, brillaba ominosamente en las manos del demonio.

—No... espera. —Mariel tragó saliva, su voz temblando ligeramente—. Haré lo que usted me pida. Iré con usted... solo no me haga daño.

El Overlord sonrió, un destello de satisfacción en sus ojos. Bajó el cuchillo, disfrutando de su victoria momentánea. Siempre había estado intrigado por Mariel, la estrella de rock del infierno, el chico más guapo del lugar.

—Bueno, así me gusta que coopere, angelito. —Su tono era casi juguetón, pero la oscuridad detrás de sus palabras era palpable—. Ahora vamos, este no es un buen lugar. Te llevaré a un lugar mucho mejor que ese feo hotel de mierda.

Mariel, sintiendo una mezcla de alivio y miedo, sabía que no tenía otra opción. Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, lo siguió, preguntándose qué destino le esperaba en las garras de aquel demonio.

MI PEQUEÑO ANGELITO-  ENTRE ENGAÑOS Y  TRAICIONES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora