Alastor, el Demonio de la Radio, era un poderoso Overlord envuelto en intriga y misterio. Llevaba una existencia solitaria hasta que la princesa del infierno, Charlie Morningstar, lo convenció de adoptar a un hijo. Al principio, Alastor dudó, pero l...
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**Narrador omnisciente:**
En el cielo, el majestuoso palacio celestial brillaba bajo la luz divina. Miguel entró en el recinto sagrado, su porte resplandeciente mientras sus alas se desplegaban con majestuosidad. Sus hermanos lo esperaban en la gran antesala del salón del trono: LELIEL, el más alto y solemne de todos, Azrael, Joel, Lerot, Cassius, Gabriel y Uriel. Todos estaban tensos, expectantes, como si algo importante estuviera por suceder.
Azrael fue el primero en romper el silencio, su tono brusco mostrando impaciencia mientras cruzaba los brazos.
—**¿Dónde carajos estabas, Miguelito?** —preguntó con un destello de impaciencia en su mirada—. **Nuestro padre nos ha convocado, y tú desapareces sin dejar rastro.**
Miguel sonrió despreocupadamente, encogiéndose de hombros mientras avanzaba hacia ellos, su andar seguro y sereno.
—**Tranquilo, Azrael,** —respondió Miguel con un toque de ironía en su voz—. **Tenía una misión especial en nombre de nuestro padre.**
Lerot arqueó una ceja, curioso.
—**¿Una misión especial?** —preguntó, aunque su tono denotaba cierto escepticismo.
—**Así es,** —dijo Miguel, mientras su sonrisa se ampliaba—. **Fui a visitar al chaparro de nuestro hermano.**
LELIEL, quien hasta ese momento había permanecido en silencio, se adelantó, su rostro serio y su voz profunda resonando en la gran sala.
—**¿Te refieres a Luzbel?** —preguntó LELIEL, su tono no dejaba lugar para malentendidos. Había una severidad en su semblante que no era fácil de ignorar.
Miguel asintió, aunque su sonrisa juguetona no se desvanecía.
—**Sí, Luzbel, Lucifer, como prefieras llamarlo,** —respondió Miguel, manteniendo la calma a pesar de la evidente tensión en el aire—. **Estuve con él. Y con Mariel.**
Cassius, quien hasta ese momento había estado observando en silencio, frunció el ceño, interviniendo.
—**¿Y cuál es el propósito de tu visita?** —preguntó con cierta cautela—. **¿Qué está tramando nuestro hermano caído ahora?**
Miguel lo miró con serenidad, bajando un poco el tono.
—**Nada que debamos temer por el momento. Padre quiere conocer a su nieto.** —dijo Miguel, su tono más sobrio ahora—. **Mariel está esperando un hijo de Lucifer, el Anticristo. Padre cree que es crucial que el niño pase tiempo en el cielo, para que crezca con la bondad y la sabiduría que solo aquí podrá recibir.**
Una inquietud palpable recorrió el grupo de ángeles. Gabriel, quien había permanecido en silencio hasta ese momento, se adelantó un paso.
—**¿El Anticristo?** —preguntó Gabriel, sus ojos brillando con preocupación—. **¿Y se espera que traigamos a ese niño aquí, al cielo? ¿Para qué propósito?**
