🥀Capítulo 91:Dulce Manzanita 🥀

5 1 0
                                    

**Narrador omnisciente:**

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

**Narrador omnisciente:**

Lucifer se quedó inmóvil frente a la puerta cerrada, procesando la confrontación que acababa de tener. Su rostro reflejaba una mezcla de sorpresa y exasperación, pero lo más desconcertante era la nueva fuerza con la que Mariel había hablado. Su ángel, usualmente sumiso y dócil, había desafiado su control con una determinación que Lucifer no había anticipado.

—¿Qué diablos le pasa? —se murmuró a sí mismo, irritado, mientras su mirada recorría las pertenencias esparcidas por el suelo. No recordaba la última vez que alguien se había atrevido a desafiarlo de esa manera, mucho menos su propio esposo.

Con un chasquido de sus dedos, la mayoría de sus pertenencias volaron de regreso al armario. Sin embargo, la puerta seguía cerrada, y Lucifer sabía que Mariel no le abriría fácilmente esta vez. La frustración se apoderó de él mientras miraba la puerta cerrada, y se dio cuenta de que la fuerza bruta no sería la solución. Aunque podría forzar la entrada, decidió optar por un enfoque más persuasivo.

—Mariel, cariño —comenzó Lucifer, su tono suavizándose mientras hablaba a través de la puerta—. Por favor, abre la puerta. No estoy buscando pelea. Solo quiero hablar.

El silencio del otro lado de la puerta era pesado, pero Lucifer continuó con un tono aún más dulce y manipulador.

—Dulce manzanita, sabes que no puedo quedarme sin ti. Eres todo para mí. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para arreglar esto, pero necesito que me dejes entrar.

Lucifer se inclinó contra la puerta, poniendo un toque de desesperación en su voz.

—No me gusta estar enojado contigo, Mariel. Sabes cuánto te amo. Estaba en el club, sí, pero fue solo un momento para despejar la mente. Te prometo que me esforzaré más. Solo quiero estar contigo, hablar y resolver esto juntos.

El silencio persistió, pero Lucifer no se dio por vencido. Decidió que su próximo paso sería hacer uso de sus habilidades para apelar a los sentimientos de Mariel.

—Por favor, amor —susurró Lucifer con un tono más bajo, casi suplicante—. Ven y ábreme. No puedo soportar la idea de que estemos así. Si necesitas espacio, lo entiendo, pero dame una oportunidad para mostrarte que lo que más quiero es estar a tu lado.

Dentro de la habitación, Mariel escuchaba cada palabra. La suavidad en la voz de Lucifer y su súplica eran una mezcla de tentación y sinceridad. El conflicto interno de Mariel crecía, luchando entre la necesidad de mantener su dignidad y el deseo de reconciliación.

Finalmente, con un suspiro resignado, Mariel se acercó a la puerta. La verdad era que, a pesar de todo, aún sentía una profunda conexión con Lucifer, y el amor que sentía por él hacía que la idea de la reconciliación fuera difícil de ignorar.

Mariel, con el corazón dividido, deslizaba lentamente la llave en la cerradura, abriendo la puerta con cautela.

**Narrador omnisciente:**

MI PEQUEÑO ANGELITO-  ENTRE ENGAÑOS Y  TRAICIONES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora