MI PEQUEÑO ANGELITO- ENTRE ENGAÑOS Y TRAICIONES

🥀Capítulo 61: El Intercambio🥀

Anillo de la Avaricia

Pasaron tres semanas y finalmente llegó el día del intercambio. Ambos grupos estaban en un callejón cerca del teatro. Lucifer, con una mirada de puro odio, lanzó las almas hacia Striker y sus cómplices mientras decía:

—Ahora, mi preciosa.

De la camioneta, el otro demonio bajó sosteniendo a Mariel, todo sudado, con su minifalda y su chaqueta negra. Mariel estaba pálido y tembloroso, su rostro reflejando el terror y el dolor. El demonio lo amenazaba con un cuchillo celestial, la única arma capaz de matar ángeles, asegurándose de que Lucifer no se atreviera a atacar. Mariel gritaba del dolor del cuchillo mientras lloraba por la violación que había sufrido.

—¡Haaa!—gritó Mariel, su voz quebrada por el dolor y la desesperación.

Lucifer apretó los puños, controlando a duras penas su impulso de lanzarse contra los demonios. Charlie, a su lado, le susurró:

—Papá, tenemos que mantener la calma. Lo recuperaremos, pero si atacas ahora, lo lastimarán más.

Striker sonrió con malicia, disfrutando de la tensión en el aire. —Sabes, Morningstar, tu angelito es bastante valiente. Pero creo que ha aprendido su lección—dijo, empujando a Mariel hacia adelante.

Mariel tropezó y cayó al suelo, jadeando de dolor. Lucifer dio un paso hacia adelante, pero se detuvo cuando el demonio levantó el cuchillo celestial.

—¡Suficiente!—gritó Alastor, su voz resonando con poder—. Entreguen a Mariel y se irán con vida.

Striker rió, divertido por la amenaza. —Oh, Alastor, siempre tan dramático. Pero está bien, aquí tienes a tu precioso angelito—dijo, haciendo un gesto para que el demonio soltara a Mariel.

El demonio empujó a Mariel hacia el grupo de Lucifer. Mariel cayó de rodillas, temblando, y se arrastró hacia Lucifer, quien lo tomó en sus brazos con suavidad.

—Lo siento, Luci...—susurró Mariel, con lágrimas en los ojos.

—No tienes que disculparte, mi preciosa. Estoy aquí. Nadie volverá a hacerte daño—murmuró Lucifer, acariciando el cabello de Mariel y besando su frente.

Charlie y los demás formaron un círculo protector alrededor de Lucifer y Mariel, listos para cualquier ataque. Striker y sus cómplices recogieron las almas y se retiraron lentamente, sabiendo que enfrentarse a Lucifer y su familia ahora sería un suicidio.

—Nos veremos pronto, Morningstar—dijo Striker antes de desaparecer en las sombras.

Cuando se aseguraron de que los demonios se habían ido, Lucifer levantó a Mariel en sus brazos y lo llevó hacia el coche.

—Vamos a casa, mi amor—dijo suavemente—. Te prometo que estarás a salvo.

En el camino de regreso al hotel, Mariel se aferró a Lucifer, temblando pero sintiéndose un poco más seguro en sus brazos. Sabía que su familia haría todo lo posible para protegerlo de nuevo.

—Lucifer... gracias—murmuró Mariel, cerrando los ojos y descansando su cabeza en el pecho de Lucifer.

—Siempre, mi preciosa. Siempre estaré aquí para ti—respondió Lucifer, con el corazón lleno de amor y determinación

———

**En la noche - En el Hazbin Hotel**

Mariel descansaba en la sala del Hazbin Hotel, pero su sueño no era tranquilo. Empezó a moverse inquieto, susurrando entre lágrimas. Los recuerdos de la brutalidad que había sufrido a manos de los demonios lo atormentaban.

—No... déjame...—dijo Mariel, llorando en sueños, mientras sus manos se aferraban a las sábanas con desesperación.

Lucifer, que estaba cerca, se acercó rápidamente al escuchar los sollozos de Mariel. Se arrodilló junto a él, acariciándole el cabello con ternura, tratando de calmarlo.

—Shh, mi preciosa, estoy aquí. Nadie te hará daño—murmuró Lucifer, con la voz suave pero llena de dolor al ver a Mariel sufrir.

Mariel seguía atrapado en su pesadilla, su cuerpo temblando mientras revivía los toques y mordiscos del demonio. —No... por favor...—gemía Mariel, con lágrimas rodando por sus mejillas.

Charlie, que había oído los llantos, bajó corriendo las escaleras. —Papá, ¿qué pasa?—preguntó, preocupada, al ver la angustia en los ojos de Lucifer y el estado de Mariel.

—Está teniendo una pesadilla...—respondió Lucifer, sin apartar la vista de Mariel—. Necesitamos saber qué le hicieron, pero no quiero presionarlo ahora. Solo necesita sentirse seguro.

Charlie asintió y se acercó, colocando una mano sobre el hombro de Lucifer en un gesto de apoyo. —Estoy aquí para ayudar, papá. Lo superaremos juntos.

En ese momento, Alastor y Angel Dust también llegaron a la sala, alertados por el ruido.

—¿Qué está pasando?—preguntó Alastor, su voz llena de preocupación y furia contenida.

—Mariel está reviviendo lo que esos malditos le hicieron—explicó Lucifer, con los ojos llenos de lágrimas de rabia y dolor—. Necesitamos protegerlo y asegurarnos de que nunca vuelva a pasarle algo así.

Angel Dust, con una mezcla de tristeza y furia en su rostro, se acercó a Mariel y le tomó la mano suavemente. —Vamos a cuidarte, pequeño. Nadie más te hará daño—prometió, con la voz firme.

Mariel empezó a calmarse un poco al sentir las manos cálidas de su familia a su alrededor. Sus sollozos disminuyeron y, aunque todavía temblaba, parecía encontrar un poco de paz en su presencia.

—Lucifer...—murmuró Mariel, despertando lentamente y viendo los rostros preocupados de su familia—. Tuve una pesadilla...

—Lo sé, mi preciosa. Pero estamos aquí. Nadie más te hará daño—dijo Lucifer, besando su frente con ternura.

—¿Puedo quedarme con ustedes?—preguntó Mariel, su voz débil pero llena de esperanza.

—Por supuesto, mi amor. No te dejaremos solo—respondió Charlie, abrazándolo con fuerza.

Esa noche, la familia se quedó junta en la sala, formando un círculo protector alrededor de Mariel. Sabían que había un largo camino por delante, pero estaban decididos a enfrentar cualquier desafío para mantener a Mariel a salvo y ayudarlo a sanar.

Continuará ...

Espero que les guste el capítulo 🫶🏻⭐️- es un capítulo secundario de la historia disfrútenlo 😉