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EL SIGUIENTE DÍA NO TRAÍA NADA NUEVO. Con los seis en su clase de bondad, el hada madrina tenía algo planeado para ellos.
-Como saben, se acerca el día de la familia en nuestra preparatoria. Y como sus padres no pueden estar aquí debido a, eh, la distancia, arreglamos una sorpresa especial para ustedes — Dijo, con una sonrisa nerviosa en su rostro mientras encendía la una pantalla que estaba en el salón.
Tenebra notó como cinco de los villanos estaban ahi, desanimándose un poco al no ver a su padre, pero no sorprendida. Archie notó esto y pasó su brazo por su hombro.
-No te preocupes. Nos tienes a nosotros- Le susurró mientras se acercaban a la pantalla.
Tras una discusión con sus padres, los seis se retiraron del salón, ya no tenían deseos de ver las caras de sus padres. El Hada Madrina les dio a los chicos una sonrisa de disculpa mientras se alejaban.
-Mal? ¿Qué te parece que harán nuestros padres si no lo conseguimos? —preguntó Evie, con preocupación.
-Creo que se sentirán de un modo silenciosamente decepcionados, pero creo que tambien...— Hizo una pausa.-Orgullosos por nuestro esfuerzo.
—¿En serio? —preguntó Carlos.
—No, aun creo que nos van destrozar-.terminó Mal.
Se quedaron en silencio mientras seguían con su camino.
Tras un par de días, los chicos se encontraban repasando su plan.
-Okay, todos sabemos cómo es. Estaremos en el estrado, bajo el jarrón de hechizos, y entraremos desde aquí. Yo estaré en el frente. Y ustedes estarán arriba en el palco. ¿Carlos?.
-Ire por la limusina, para romper la barrera y volvere a la isla con la varita- Dijo acariciando a chico en su regazo.
—Perfecto. ¿Evie?.
—¿Sí? —Evie levantó su mirada para ver a Mal.
—Usa esto y duerme al conductor. Si lo rocías quedara inconsciente- Dijo Mal entregándole un frasco de perfume -Tenebra- Dijo Llamando la atención de la chica, asegúrate de llamar a los demonios cuando ellos salgan. Tendremos a las personas de rehenes hasta que nuestros padres vengan.
Hubo un silencio, antes de que Evie hablara, al notar lo que Mal estaba haciendo.
-¿Mal?- Dijo llamando llamando la atención de los demás -¿Quieres romper el hechizo de amor de Ben?.
-Sí.-Contestó con tristeza.-Bueno, para después. Estuve pensando... que cuando los villanos empiecen a invadir Auradon, destruyan la ciudad y saquen a todos de sus castillos, encarcelen a los líderes y destruyan todo lo que es bueno y hermoso, que Ben siga enamorado de mí sería un tanto... cruel- Todos se quedaron en silencio hasta que Mal salió de la habitación, dándole un fuerte portazo a la puerta.
-Tenebra- Dijo Archie con una expresión que delataba sus nervios -¿Crees que deberíamos hacer esto?- Preguntó.
-Me parece estúpido que si quiera lo preguntes- Contestó ella -Nuestros amigos están allá, tu madre, mi padre. ¿Tienes idea de cómo reaccionarían si fallamos?
-Tienes razón, pero... Podrías lastimarte- Dijo haciendo una pequeña pausa -Nunca haz hecho algo así con tus poderes. Apenas y haz practicado.
-Lo sé, pero no importa. Es necesario tomar el riesgo. Si mi padre se enterara de que fui una cobarde me mataría.
Archie se quedó en silencio, pensando en cómo ella se debía de sentir. El toda su vida había tenido a su madre, que pese a no ser la más amable de todas, sabía que muy en el fondo lo quería. Pero el padre de Tenebra lo único que hizo fue entrenarla toda su vida, como si de una aprendiz se tratara, y no como una hija. No pudo evitar sentirse agradecido de saber que su madre y el no buscarían quedarse con un trono o un castillo cuando ella lograra salir. Ella sería feliz con una flor que la mantuviera joven, en un hogar no muy grande, pero lo suficientemente tranquilo como para vivir cómodos. Ella no buscaría jugar con su vida, ni la de su hijo por poder. Pero para Tenebra, las cosas definitivamente eran diferentes.
...
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