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MIENTRAS QUE JAY Y ARCHIE HABLABAN, Carlos se encontraba en la habitación de Tenebra. Ambos recostados en su cama.
Tenebra jugaba con su collar, mientras pensaba en todo lo que habían pasado. -Es todo.- Dijo. -Ya no los volveremos a ver... ni a ellos, ni a nuestros padres.- Concluyó con tristeza.
-Me gustaría haber hablado con mis padres una última vez. Siempre vivieron separados porque no se soportaban. Pero hubiera querido verlos y... decirles que los quiero. Aunque, tal vez ellos no lo hagan.- Comentó Carlos, también triste.
-Estoy segura de que si te quieren, solo que... a su manera.- Dijo Tenebra, volteándose a ver a Carlos. -También hubiera querido hablar con mi padre. Podríamos haber resuelto nuestros problemas.- Añadió.
Carlos depositó un beso en la cabeza de la chica, haciendo que esta sonriera. -Al menos tienes esto.- Dijo tomando el collar de su pecho.- Ahora sabes cómo se veía tu madre.- Dijo intentando animarla.
-Lo sé... pero, aún así, tal vez mi padre me hubiera contado más de ella.
-Aún podremos comunicarnos por videollamadas, Tena. Solo habrá que esperar que contesten.- Hubo un corto silencio, hasta que Tenebra habló nuevamente.
-Jamás volveré a ver a Maddie... ni a Kai.- Sentenció. -Ellos son para mí, lo que para ti es como... Evie y Jay.- Dijo con una sonrisa que reflejaba la nostalgia que sentía.
-¿Ya te llevas mejor con Maddie?
-Sí, eso creo. Ellos... hicieron cosas malas, como nosotros cuando estuvimos en la isla. Pero, no merecen quedarse ahí. No por el resto de sus vidas.- Dijo con tristeza. -Debí de haberlos escogido para que vinieran desde un principio. Debí haber presionado a Ben, tal vez así todo hubiera sido diferente.
-Pero, no lo fue, Tena. Las cosas ya pasaron, no podemos cambiar el pasado. Pero, sí mejorar el futuro. Tal vez Mal no quiera abrir más la barrera, sin embargo, puede ser que algún día cambie de opinión, y abra el programa de nuevo. Hay que concentrarnos en los niños que si logramos traer, en Dizzy, Arthur, Seraphine, Squeaky, y Squirmy.
Tenebra sonrío sin muchas fuerzas, viendo a su novio con cariño. -Te amo, Carlos. Me alegra que pueda tenerte aquí.- Le dijo, mientras se acurrucaba con el.
-Yo también te amo, Tenebra.- Dijo mientras la pegaba más a él. Quedándose abrazados, y compartiendo una siesta durante el resto de la tarde.
Una vez que Tenebra despertó, notó como su novio seguía aún profundamente dormido. Viéndolo con una sonrisa y cariño en su mirada. Decidió bajar a la sala de estar, en la que estaban Seraphine y Arthur. Ambos terminando de devorarse el pastel de cumpleaños de Jane.
-¿Estaba rico?- Preguntó Tenebra entre risas.
-Si, y vaya que lo estaba.- Contestó Arthur, aún con la boca llena.
-Les encantará este lugar, el lunes comenzarán las clases, y ya los apunté a algunas que podrían interesarles.- Dijo mientras buscaba los horarios de ambos niños en la mesa de la sala.
Tenebra se sentó en medio de ellos. -Arthur, te apunté en el club de casería.- Dijo haciendo que este se emocionara. -Pero, recuerda, nada de casar animales. Son solo una simulación.- Advirtió.
-Si, lo sé, lo sé. Tranquila.- Contestó.
-Y... Seraphine, hay muchas clases que puedes tomar, hay avanzadas, pero creo que es mejor que empieces por lo básico. Cuando te sientas cómoda, solo avísame y las cambiaré a algo más difícil para ti. Se que aprendes rápido.- Dijo con una sonrisa, acción que la niña imitó. -Se que ambos serán muy exitosos. Aquí tendrán todas las oportunidades.- Dijo, posando ambas manos en los hombros de los niños. Sabía que no podrían traer a más niños de la isla, pero el hecho de que ellos dos lograran salir antes del cierre permanente de la barrera, le daba tranquilidad y paz. Después de todo, ella los había visto crecer y madurar, y traerlos allí, no era más que un sueño hecho realidad.
...
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