EXTRA IV. ᴜɴ ᴇᴍʙᴀʀᴀᴢᴏ ᴘᴇsᴀᴅɪʟʟᴀ

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ִֶָ 𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆★⋆  ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָStory of my Lifeby One Direction

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Story of my Life
by One Direction

ERA MEDIA NOCHE EN LA RESIDENCIA DE LOS DE VIL. Tenebra se encontraba postrada en la cama, mientras que su amado, que se encontraba también acostado junto an ella, tomaba su mano con preocupación. La mujer ya llevaba seis meses de embarazo, y pese a que había pasado los primeros meses con normalidad, su cuerpo se debilitaba cada vez más. Lo cual ya tenía preocupados a ambos. Su vientre, poco a poco había comenzado a ser consumido por grietas de color negro, que se extendían por el resto de su cuerpo con rapidez.

-Iré a hablar con mi padre.- Dijo Tenebra.

-Ni siquiera puedes levantarte.- Contestó Carlos.

-Claro que puedo.- Dijo la chica, levantándose de su cama lentamente.

-Podemos decirle que el venga aquí.- Recomendó su esposo.

-Carlos, no soy una invalida. Puedo ir a la isla y regresar.

-¿Por qué siempre debes de ser tan terca?

-No estoy siendo terca. Pero se de lo que mi cuerpo es capaz, y se que puedo aguantar un par de minutos en un auto para llegar a casa de mi padre sin ningún problema.

Hubo un corto silencio en la habitación. -Está bien, te llevaré allá.- Le dijo, viendo como su mujer le daba una sonrisa ladina.

Ambos se alistaron y emprendieron su camino a la isla. Una vez que ambos llegaron, Carlos y Tenebra se hicieron presentes en el hogar de Chernabog, que ya no era esa lúgubre colina con un castillo que se caía a pedazos. Ahora estaba totalmente remodelado, gracias a las nuevas construcciones que habían añadido a la isla para aquellas personas que no tenían deseos de vivir en Auradon. Ahora ambos lados eran gobernados con igualdad, gracias a sus reyes, Mal y Ben.

Chernabog, la recibió con una mezcla de preocupación y amor. Ya que notaba la mirada apagada de su hija. Cruella y Gaspar también se encontraban allí, ya que Carlos se había asegurado de reunir a sus familiares ante cualquier noticia.

Tenebra y su padre fueron a un salón a solas, dejando a los demás en el salón principal.

-Qué educados.- Comentó Cruella, mientras arrimaba más su bata de dormir.

-Es algo delicado, mamá. Tenebra nos contara que sucede en cuanto hable con el.- Dijo Carlos.

-Eso te pasa por casarte con una bruja.- Dijo Cruella.

-Demonio, corazón.- Corrigió Gaspar. -Ella ha sido una mujer excepcional para nuestro Carlos, no debes insultarla de esa manera.- Dijo.

Tenebra y su padre se sentaron en el salón, rodeados por las sombras y el suave resplandor de las luces.

-¿A qué se debe tu visita, hija mía?- Preguntó.

-Padre, he estado experimentando síntomas durante mi embarazo, lo normal, fatiga, cambios de apetito y todo eso. Pero, últimamente he notado que mi vientre tiene una especie de grietas, y que están avanzando por todo mi cuerpo.

-Tenebra... esos son los síntomas que tu madre sufrió durante su embarazo.

Tenebra asintió, sus ojos reflejaban tanto la incomodidad como la preocupación.

Chernabog frunció el ceño, mirando a su hija con un aire de preocupación. -Tu madre, al ser humana, no logró sobrevivir al parto. Y aunque entiendo que los síntomas pueden ser comunes en los embarazos humanos, me resulta extraño que tú, siendo mitad demonio, estés experimentando lo mismo. No debería afectarte de la misma manera.

Tenebra suspiró, apretando las manos en su regazo. -No lo entiendo bien, papá.

Chernabog se inclinó hacia adelante, tratando de encontrar una respuesta. -Eres mestiza, Tenebra. Dudo mucho que alguna vez se haya visto un embarazo así antes. Es desconcertante. Tal vez la parte humana de ti esté más presente en estos aspectos del embarazo. O quizás hay algo en la mezcla de nuestras naturalezas que hace que estos síntomas sean inevitables, a pesar de tu herencia demoníaca. Pero debemos de asegurarnos que estés bien para el parto. Perdí a tu madre, no quiero perderte a ti también.

Ambos se quedaron en silencio durante un par de segundos. -¿Mi madre sabía de las complicaciones que sufriría en el embarazo?

-No. Nadie lo sabía, pero era de esperarse. Aún así, tú madre siempre luchó para que pudieras venir a este mundo. No le importó el sacrificar su propia vida con tal de que estuvieras bien.

Tenebra lo miró con tristeza. -Y ¿Hay algo que podamos hacer?- Preguntó con miedo.

-Debe de haber una forma de ayudarte. Pero en este momento todos los lugares de curanderos están cerrados. Iremos por la mañana. Mientras tanto, pasen la noche aquí, tengo cuartos en los que pueden quedarse.

Tenebra le sonrió con gratitud, sintiendo el alivio del apoyo de su padre. -Gracias, papá. Aprecio mucho tu apoyo.

Chernabog asintió, abrazando a su hija con ternura. -Siempre estaré aquí para ti, Tenebra. Ambos estarán bien.- Dijo refiriéndose a ella y a su futuro nieto.

El mundo entero siempre había visto a Chernabog como un ser imponente, que no sentía amor, ni siquiera por su propia hija. Pero, detrás de toda esa fachada, se ocultaba un ser desolado tras la muerte de su mujer, abrazando a su recién nacida, con la esperanza de hacer que el último deseo de ella fuera respetado: "Cuida a nuestra niña... necesitará todo tu amor y protección. Mi hermosa, Tenebra, sé valiente, y haz que nuestra familia esté orgullosa. Te amo, siempre."

El siempre se había encargado de que su hija creciera para convertirse en su heredera. Pero supo que debía de dejarla ser quien ella quisiera en cuanto ella misma se encargó de derrotarlo en aquella batalla de Auradon. Aun así, cuando ella regresó a la isla, no perdió la oportunidad de recuperar a su hija, y de hacerla entrar en razón para que volviera a pensar como el. Sin embargo, solo le sirvió para comprobar que el jamás podría cambiarla ahora, tenía una nueva vida allá, con sus amigos y un futuro prometedor. Por lo que lo único que le quedaba a él era el aceptarla y quererla tal y como era. Para así cumplir con el último deseo de Hannah... su mujer. Así que el ver a su hija de la misma forma en la que perdió a su amada no hacía más que preocuparlo, pero esta vez, el haría todo lo que estuviera en su poder por mantener a ambos con vida.





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𝙏𝙊𝙒𝘼𝙍𝘿𝙎 𝙏𝙃𝙀 𝙎𝙐𝙉 | ᴄᴀʀʟᴏs ᴅᴇ ᴠɪʟ ☑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora