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LAS TRES CHICAS SE ENCONTRABAN EN SU HABITACIÓN. Evie, con ayuda de los bocetos de Tenebra, se había encargado de elaborar los más hermosos vestidos para el baile que se llevaría a cabo en un par de días, y el vestido de Mal no era la excepción. Ella se encontraba haciéndole un par de ajustes a este, mientras que Tenebra continuaba elaborando más diseños de vestidos para hacer. Todo seguía con normalidad hasta que Mal decidió hacer una pregunta controversial a ambas chicas.
-¿Evie? ¿Tena?- Dijo llamado la atención de ellas. -¿No han pensado sobre que estaríamos haciendo en la isla?.
-Si, que divertida- Contestó Evie con una riza falsa antes de cambiar el tema al ver a Mal en la televisión.
Ella se sentó en la cama y tomó su libro de hechizos para utilizarlo, cosa que a Evie no le gustó mucho. -Conozco tu secreto para ser una dama, y a Ben no le gustaría nada.- Mal todo los ojos antes de regresar la vista a su libro.
—¿No ha habido ya suficientes secretos entre los dos?.- Preguntó Tenebra, dejando de lado sus bocetos.
—Recuerdan cómo era yo antes de usar mi libro de encantamientos. Era un completo desastre.- Se excusó Mal.
-Bueno, me parece, como tu mejor amiga, que este libro de encantamientos...- Dijo quitándole el objeto a Mal.- Pertenece al museo, junto con mi espejo-
Mal puso ojos suplicantes para así poder hacer cambiar de parecer a Evie. -Cambia esa mirada- Mal empezó a hacer pucheros, provocando la risa de Tenebra.
-Cambia esa cara. Mm-hmm.-Mal suspiró.- Es la verdad.
-¿No extrañan un poco hacer lo que quieren y no cumplir reglas?.-Preguntó.
-¿Robar, engañar y pelear?.- Preguntó Evie.
-¡Sí!- Exclamó Mal, al pensar que finalmente había hecho que su amiga la comprendiera.
-¡No!- Gritó Evie.
-A veces.- Contestó Tenebra.
-¿Que?.- Dijo Mal confundida.
-¿Por qué extrañarlo?. Estamos en la tierra de las oportunidades, M.- Dijo tomándola de las manos.
-¿Qué hay de ti, Tena?- Preguntó viendo a la chica, con la esperanza de que estuviera de acuerdo con ella.
-Debo de admitir que lo extraño un poco... Pero no volvería a ese lugar- Dijo cabizbaja.
Mal, indignada, soltó las manos de Evie para dirigirse a ella. -¿Ya se te olvidó que tenías amigos?. ¿Amigos que tú abandonaste?.- Preguntó molesta.
-Jamás lo olvidaría, pero no vale la pena regresar. ¿Para hacer que? ¿Robar y hacer grafitis en las paredes con mis amigos?.- Dijo alzando la voz.- Ya tengo una vida aquí. Más oportunidades. Y mi único deseo es que ellos puedan estar aquí también. No que todos estemos en un lugar sin futuro- Contestó, dejando callada a Mal.- Además, mi padre mataría si supiera que regrese.
-Buen punto.- Contestó Mal con una cara triste, volteándose de regreso a Evie.
-Ven aquí.- Evie tomó a Mal de la mano y la obligó a mirar el cuadro de Auradon que había en su habitación.-Mira dónde estamos. Estamos en Auradon. Y somos chicas de Auradon ahora. ¿Lo ves? Esta es la tierra de las oportunidades. Seremos lo que sea que desemos ser.- Bajo un poco su cabeza para susurrarle algo a Mal. -Te lo suplico, dejemos atrás el pasado ¿okay?- Concluyó Evie, observando cómo Mal asentía con tristeza.-A ver, ¿no te gustan? Son hermosas- Dijo Evie, refiriéndose a las decoraciones del vestido que Mal llevaba puesto.
-Mm. Hermosas-.Mal se rió un poco.
—Ahora cámbiate de vestido.- Ordenó. -¡Hay que ir a ver a los chicos!
...
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