27. Emma vs Jenna

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Jenna se inclinó un poco hacia adelante, susurrando en un tono que solo yo podía escuchar.

—Emma puede ser un poco directa, pero te aseguro que es encantadora cuando te conoce. —dijo con una sonrisa—. Y si te hace sentir incómodo, solo hazme saber.

Emma se giró hacia Jenna con una sonrisa burlona y luego hacia mí, esperando mi respuesta.

—Así que, Nick, ¿te gustaría compartir algo interesante sobre ti? 

Me reí, sintiendo una mezcla de nervios y diversión.

—Bueno, no estoy seguro de qué podría ser... —comencé, pero Emma me interrumpió con una risa suave.

—Vamos, no te hagas el misterioso. Todos sabemos que tienes algunas historias jugosas. Y Jenna, no te hagas la modesta, ¿no tienes algo que añadir? —preguntó Emma, mientras me miraba con un toque de picardía.

Jenna se rió, dejando que su mirada también se posara en mí.

—En realidad, Nick, deberías saber que Emma es muy buena en sacar detalles interesantes de las personas. Así que, si tienes algún secreto que quieras compartir, es el momento.

Emma se rió y me dio un codazo amistoso.

—Sí, adelante, sorpréndenos. Estoy lista para escuchar.

Nos reímos juntos, y la conversación continuó con una atmósfera ligera y divertida. La interacción se llenó de bromas y comentarios juguetones. Jenna y Emma parecían disfrutar el momento, y yo me encontraba cada vez más cautivado por la energía que traían.

Las chicas hablaron con mi jefe, rogándole que me dejara quedarme con ellas un poco más. Él dudó, consciente de que yo era uno de sus mejores empleados.

—Vamos, por favor, jefe. —dijo Jenna con una sonrisa seductora, guiñando un ojo—. Prometemos que lo cuidaremos bien.

Emma se acercó aún más, apoyando una mano en el brazo del jefe.

—Sí, jefe. —dijo ella, con una mirada llena de encanto—. Y además, pagaremos bebidas para todos los clientes esta noche.

El jefe, algo sorprendido, se rascó la barbilla.

—Bueno, no sé... Nick es muy bueno en su trabajo.

Jenna se inclinó un poco más cerca, sus labios casi rozando la oreja del jefe.

—Por favor, jefe. Haremos que valga la pena. —susurró con una sonrisa pícara.

Finalmente, el jefe cedió, con una sonrisa divertida en el rostro.

—Está bien, está bien. Se lo dejo envuelto como regalo. —dijo, guiñando un ojo.

Mientras tanto, un empleado fanfarrón, al pasar cerca de nosotros, se ofreció como acompañante.

—Oye, Nick, si necesitas ayuda con estas chicas, puedo darte una mano. —dijo con una sonrisa burlona.

Jenna y Emma se volvieron hacia él, mirándolo de arriba a abajo.

—No te molestes. —dijo Jenna, con una sonrisa sarcástica—. Con Nick tenemos más que suficiente para disfrutar.

Emma asintió, con una mirada igualmente burlona.

—Sí, no necesitamos más ayuda. Nick es todo lo que necesitamos. —dijo, riendo.

Los otros empleados se rieron y se unieron a las burlas, mientras el jefe sonreía, complacido con la situación.

—Vaya, Nick, parece que eres el hombre del momento. —dijo el jefe, dándome una palmada en la espalda.

Las chicas me pidieron que me sentara con ellas, y yo cedí, sintiéndome un poco avergonzado pero también halagado por la atención.

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