35. Las amigas se desafían

138 5 3
                                    


Emma, con una sonrisa confiada, se inclinó hacia adelante, tratando de tomar todo mi miembro en su boca.

—Voy a intentarlo todo, Nick. —dijo Emma, con un guiño.

Sin embargo, tan pronto como mi glande tocó el fondo de su garganta, Emma se ahogó y tosió, alejándose rápidamente.

—¡Dios, es demasiado grande! —exclamó, ruborizándose mientras se limpiaba la boca con el dorso de la mano.

Jenna rió, sus ojos llenos de diversión y malicia.

—Emma, querida, así no es como se hace. —dijo Jenna, con un tono burlón—. Mira y aprende.

Jenna cubrió mi miembro con saliva, haciendo que se deslizara sin problemas en su garganta. Sus movimientos eran fluidos y seguros, y me pidió que empujara su cabeza hacia abajo.

—Empújame, Nick. Así, justo así. —dijo, sus ojos llenos de deseo mientras mi miembro entraba más profundamente en su garganta.

Emma se quedó muda, sus ojos abiertos como platos mientras observaba la escena.

—Oh... Dios... —tartamudeó, incapaz de apartar la mirada.

Jenna soltó breves arcadas, el sonido solo aumentando mi excitación. Pero no se detuvo, continuó moviendo su cabeza hacia adelante y hacia atrás, sus manos masajeando suavemente la base de mi erección.

—¿Ves, Emma? Se trata de relajarse y dejar que se deslice. —dijo Jenna, tomando un breve respiro antes de continuar—. Ahora es tu turno. Pero primero, cubre todo de saliva, como yo hice.

Emma asintió, tomando nota mental de cada indicación. Se inclinó hacia adelante, llenando de saliva mi miembro antes de intentar de nuevo. Aunque su esfuerzo era admirable, seguía ahogándose y tosiendo.

—Vamos, Emma. Pensé que eras una fanfarrona en esto. —se burló Jenna, riendo suavemente.

Emma, determinada a demostrar su valía, lo intentó de nuevo, esta vez siguiendo las indicaciones de Jenna.

—Relájate, Emma. No te pongas tensa. —dijo Jenna, sus manos guiando suavemente la cabeza de Emma.

A pesar de sus mejores esfuerzos, Emma seguía luchando por tomarlo todo, pero su dedicación era evidente.

—No te preocupes, Emma. A veces la práctica hace al maestro. —dijo Jenna, con una sonrisa pícara—. Y mientras tanto, Nick y yo disfrutamos del espectáculo.

Las dos chicas continuaron turnándose, sus manos y bocas trabajando juntas para darme placer. Las bromas y los comentarios picantes llenaban el aire, creando un ambiente de diversión y erotismo.

—Nick, ¿te gusta cómo nos turnamos? —preguntó Jenna, su voz ronca de deseo.

—Sí, me encanta. —logré decir, mi voz temblando de placer.

Emma, ofendida por ser llamada fanfarrona, decidió lanzar un reto.

—Bien, hagamos un juego. —dijo Emma, con un tono desafiante—. La que aguante más tiempo recibiendo una garganta profunda, gana.

Jenna fingió no entender y pidió a Emma que le explicara el juego.

—¿Cómo es eso, Emma? Explícamelo bien. —dijo Jenna, con una sonrisa burlona.

Emma lo explicó con palabras sucias y juguetonas.

—Nos turnamos para tragarnos todo el miembro de Nick. La que aguante más tiempo sin sacar la cabeza, gana. —dijo Emma, relamiéndose los labios.

Playa VIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora