Esa noche, después de mi turno en la playa, no podía dejar de pensar en Zendaya. La intensidad de nuestros momentos juntos me tenía en un estado de excitación constante. Decidí tomar una caminata por la playa para despejar mi mente, pero terminé encontrándome con una figura conocida en la distancia. Al acercarme, me di cuenta de que era Florence Pugh.
Florence estaba sentada en la arena, mirando el océano con una expresión de melancolía. Parecía perdida en sus pensamientos, y aunque la conocía de nombre y por sus películas, nunca habíamos hablado.
—Hola —dije suavemente, sentándome a una distancia respetuosa—. ¿Estás bien?
Ella giró la cabeza y me miró con una mezcla de sorpresa y tristeza. —Oh, hola. Sí, estoy... bien, supongo. Solo necesitaba un momento para pensar.
—Te entiendo. La playa tiene esa forma de atraer a los que buscan un poco de paz. —Le sonreí, tratando de parecer amigable—. Soy Nick, por cierto.
—Florence —respondió ella, devolviéndome la sonrisa débilmente—. He oído hablar de ti.
—¿En serio? —Me sorprendí—. ¿Cómo así?
Florence se rió suavemente, el sonido un poco amargo. —Se rumorea que tienes cierto... talento, Nick. Ya sabes, a la hora de dar placer.
Me sonrojé, sin saber exactamente cómo responder.
—Bueno, eso es un rumor bastante... directo.
Florence se encogió de hombros, su expresión mezclando tristeza y curiosidad.
—No me malinterpretes, no estoy aquí solo por los rumores. Aunque, si soy honesta, la idea no suena nada mal en este momento. He tenido un día realmente duro.
—Lo entiendo. —Le dije, tratando de ser empático—. A veces, todos necesitamos algo para desconectar y sentirnos mejor.
—Exactamente. —Dijo ella, mirándome con una mezcla de tristeza y deseo—. A veces, una conexión humana puede ser justo lo que uno necesita.
Nos miramos por un momento, el aire entre nosotros cargado de una tensión palpable. La luna iluminaba nuestras caras, y el sonido de las olas se mezclaba con el ritmo acelerado de nuestros corazones.
—¿Quieres hablar sobre lo que te preocupa? —Pregunté, queriendo ofrecerle algún tipo de apoyo.
Florence suspiró y se levantó lentamente, dándole la espalda al océano.
—No sé si quiero hablar. A veces, lo que necesitamos es solo... sentir algo diferente, algo que nos haga olvidar.
Me acerqué un poco, notando el deseo en su mirada.
—A veces, escapar de la realidad puede ser lo mejor para empezar a sanar.
Florence asintió, su mirada fija en la mía.
—Sí. Y en este momento, el escape me suena perfecto.
—Entonces, ¿qué te parece si pasamos un rato aquí, juntos? —Sugerí—. Solo tú y yo, sin presiones.
Ella me miró con una mezcla de sorpresa y gratitud.
—Eso suena... realmente bien.
Nos acercamos, y antes de darme cuenta, Florence estaba besándome con intensidad. Sus labios eran suaves y cálidos, y el deseo entre nosotros creció rápidamente. La atraje hacia mí, sintiendo su cuerpo presionarse contra el mío.
—Nick... —Murmuró Florence—. Quiero sentirte cerca.
La besé con más profundidad, mis manos explorando su cuerpo mientras sus respiraciones se volvían más entrecortadas. Pronto, ambos estábamos enredados en nuestros deseos, nuestras ropas empezaron a molestarnos. Florence me guió hacia una cabaña de salvavidas cercana, buscando refugio del mundo exterior.
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Playa VIP
FanficUn joven, por azares del destino, descubrirá que el trabajo en la playa le será más que satisfactorio. Sobre todo porque conocerá a diferentes actrices que, en un principio, sólo vivían en sus sueños. Ahora, frente a esta nueva realidad, tendrá que...