5. Anya a la luz de la Luna

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Anya y yo salimos a la playa, y en un gesto divertido, ella pasó por un bar cercano y se hizo con una botella de Jack Daniels. Me sorprendió su elección, pero ella explicó con una sonrisa radiante:

—Es mi última noche en la playa VIP, Nick. Quiero pasarlo en grande.

Sonreí ante su entusiasmo, y caminamos juntos por la orilla. Anya se acercó más a mí, alegando que sentía frío. No pude evitar envolverla con mi brazo y acercarla a mí. Su sonrisa me contagió, y aceptó mi gesto con agrado.

De manera coqueta, Anya me ofreció sorbos de la botella. Aproveché la oportunidad y tomé un trago. La brisa del mar y el sabor del whiskey se mezclaron en el aire mientras continuamos nuestra caminata.

De repente, Anya me hizo una pregunta inesperada:

—Nick, ¿tienes fantasías sexuales?

Su pregunta me tomó por sorpresa, y la miré con incredulidad. Anya se acercó más y luego de dar otro sorbo a su botella, comenzó a compartir sus fantasías con nombres famosos de actrices.

—Imagina esto, Nick —dijo, con una chispa en sus ojos—. Siempre he tenido esta fantasía de tener un trío con Gal Gadot. ¿Te la imaginas? Tres cuerpos ardientes explorándose sin inhibiciones.

Mis ojos se abrieron de par en par ante su atrevida revelación, y no pude evitar preguntar:

—¿En serio? ¿Qué más?

Ella continuó, revelando sus deseos más sensuales y detallados.

—O tal vez Scarlett Johansson. Me encantaría lamer cada centímetro de su trasero y sus senos. Imagina el sabor y la textura, Nick.

Mis mejillas se ruborizaron, pero mi curiosidad me impulsó a preguntar:

—Cuéntame más, Anya. ¿Qué más tienes en mente con estas actrices? 

Anya, con los ojos brillantes, profundizó en sus deseos y comenzó a detallar fantasías aún más atrevidas. Sus palabras eran como un hechizo que me envolvía.

—Con Gal Gadot, me encantaría jugar a las amazonas y dejarme atar con su Lazo de la Verdad. Imagina el poder y la sumisión mezclados en un juego erótico —dijo Anya con una voz seductora.

Mis pensamientos se llenaron de imágenes provocativas, y seguí escuchando, ansioso por más.

—Y con Scarlett Johansson... —continuó Anya—, me gustaría besarme con ella mientras otro hombre nos observa. La idea de la complicidad y la pasión entre nosotras me excita mucho.

Mi mente se volvió un torbellino de emociones mientras procesaba sus palabras. Anya me acarició el pecho y deslizó su mano, hasta llegar cerca de mi ombligo. Un estremecimiento recorrió mi cuerpo, y no pude evitar responder a su provocación.

—Estoy... muy excitado —confesé, sintiendo como el deseo se apoderaba de mí, junto con el efecto del alcohol.

Anya sonriendo con malicia dijo: 

—¿Te gusta, Nick?

—Me... fascina. —dije—

Anya se acercó más a mí, sus labios rozaron mi oído, y susurró:

—¿Tienes fantasías, Nick?

Mis pensamientos ardientes y la excitación que sentía me hacen confiar en ella, y no pude no contarle:

—Tengo miles...

— Cuentame. —dice Anya—

Anya me miró con complicidad y me pidió más detalles. Le mencioné que mis fantasías tenían que ver con Drew Barrymore, Jenna Ortega y Sasha Grey.

—Con Drew Barrymore... siempre soñé con que me haga una paja rusa. Sus pechos son tan... impresionantes, que me robaron las mejores pajas de mi pubertad —dije, con voz llena de deseo.—Y Sasha Grey... Dios, su habilidad en el sexo oral, la forma en que traga el semen sin esfuerzo. Cada video suyo me vuelve loco —confesé, con mi voz cargada de lujuria.

Anya disfrutando de cada palabra que compartía me pidió  que continuara:

—Jenna Ortega... me excita de una manera única. Sus rasgos latinos y su sensualidad... simplemente me vuelven loco —añadí—

Para mi sorpresa, Anya reveló:

—Conocí a Jenna Ortega en persona, Nick. Es tan sexy en la realidad como en la pantalla.

Mis sentidos se agudizaron ante esa revelación, y mi deseo creció aún más. Anya propuso de pronto, algo aún más atrevido:

—Nick, Jenna, tú y yo deberíamos compartir una cama algún día. ¿Qué dices?

Me estremecí ante la idea, y mi excitación era cada vez más evidente. Anya, juguetona, acarició mi entrepierna y comentó:

—Vaya, estás tan duro y grande. Se me hace agua la boca.

No pude evitar responder con deseo:

—Si sigues tocándome, me pondré aún más duro.

Anya aceptando el desafío me masajeó todo el bulto con una sola mano. Sentí cómo mi erección crecía y se torcía dentro de mi ropa. Ella dando un sorbo a la botella  con picardía dijo:

—Ven, vamos a un lugar secreto.

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