Playa VIP

48. Un pasado oscuro

Abro la caja con cuidado, y lo primero que encuentro es una foto vieja, descolorida por el tiempo. Al principio, no logro distinguir mucho, solo una figura masculina en la sombra. El rostro del hombre está parcialmente oculto, como si el fotógrafo hubiera capturado la imagen en un momento furtivo. Algo en la imagen me resulta familiar, pero no puedo ubicarlo en mis recuerdos.

—¿Quién es este? —pregunto, con la garganta seca.

Edward me observa con seriedad antes de hablar.

—Es... alguien que fue muy importante para nuestra madre. Alguien que, según ella, nunca te dejó de lado, a pesar de lo que puedas pensar.

Mi mente trabaja rápido, intentando unir las piezas del rompecabezas. Antes de que pueda decir algo, Edward saca una carta del fondo de la caja y me la entrega. La carta está escrita a mano, con la caligrafía de mi madre. Mis manos tiemblan ligeramente mientras la abro.

—Léela —me insta Edward—. Todo está ahí, Nick.

Empiezo a leer en voz alta:

"Mi querido Nick,
Si estás leyendo esto, es porque ha llegado el momento de que conozcas la verdad. Hubo alguien en mi vida antes de que nacieras, alguien que siempre estuvo en la sombra, cuidándonos a ti y a mí. Él era tu padre, aunque nunca pudimos estar juntos como una familia. No porque él no quisiera, sino porque había fuerzas mayores en juego, fuerzas que nos separaron por tu propio bien. Él te ha observado desde lejos todo este tiempo, protegiéndote en silencio..."

Me detengo, incapaz de continuar. Miro a Edward, sintiendo un nudo en el estómago.

—¿Qué demonios significa esto? ¿Mi verdadero padre? ¿Qué está tratando de decir?

Edward asiente con la cabeza, como si esperara mi confusión.

—Sí, Nick. Nuestro verdadero padre. La figura que ves en la foto es él. Es... complicado, pero debes saber que él no es una persona común. Tiene una gran influencia y poder. Y, como dice la carta, siempre ha estado observándote.

Las palabras de Edward me dejan paralizado. Un padre del que nunca había oído hablar, un hombre poderoso que ha estado vigilándome... Todo esto suena como una trama de una película de espías, no como mi vida.

—¿Qué quiere de mí? —le pregunto, todavía intentando asimilarlo todo—. Si es tan poderoso, ¿por qué no ha aparecido antes?

—Porque no es seguro para ti, Nick —responde Edward, su tono más bajo—. Hay personas que lo buscan, que harían cualquier cosa por alcanzarlo. Y si te vinculan con él, podrías estar en peligro. Esa es la razón por la que nuestra madre lo mantuvo en secreto. Pero ahora... ahora él ha decidido que es hora de que lo conozcas, de que sepas la verdad. Por eso me envió a buscarte.

Me reclino en la silla, pasando una mano por mi cabello mientras intento procesar todo esto.

—Esto es una locura, Edward. ¿Qué se supone que haga con esta información? ¿Voy a conocerlo? ¿Voy a vivir mi vida sabiendo que tengo un padre en las sombras, observándome?

—No lo sé, Nick. Pero lo que sí sé es que no podemos ignorar esto. Él ha hecho mucho para protegerte, y ahora depende de ti decidir qué harás con todo esto.

Siento una mezcla de miedo y curiosidad, pero también una rabia latente. Todo lo que conocía sobre mi vida parece haberse derrumbado en cuestión de minutos.

—¿Y tú? —le pregunto a Edward, buscando algún tipo de consuelo—. ¿Cómo te sientes con todo esto?

Edward se queda en silencio por un momento, mirando la cerveza que había estado bebiendo.

—Es complicado para mí también, Nick. Yo... siempre supe que había algo más, pero nunca imaginé esto. Y ahora, al igual que tú, tengo que descubrir cómo seguir adelante con esta nueva realidad.

Nos quedamos en silencio por un momento, ambos sumidos en nuestros pensamientos. Finalmente, decido romper el silencio.

—Supongo que lo que tenemos que hacer ahora es esperar. Esperar y ver qué quiere él, qué planea. Pero no voy a quedarme de brazos cruzados mientras mi vida se desmorona.

Edward asiente, y veo un destello de comprensión en sus ojos.

—Tienes razón, Nick. No podemos quedarnos quietos. Y si él realmente se preocupa por ti, entonces debemos estar preparados para lo que sea que venga después.

Miro nuevamente la foto en la caja, intentando descifrar el rostro del hombre que, según mi madre, es mi padre. Y en lo profundo de mi ser, sé que esta historia está lejos de terminar. Es solo el comienzo de algo mucho más grande y peligroso de lo que jamás imaginé.