Capítulo 5: En Busca De Respuestas

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Rebecca Armstrong

Después del encuentro con Freen, no podía evitar pensar en ella. Su sonrisa, sus ojos, todo sobre ella me había dejado intrigada. Quería volver a verla, pero no podía permitirme distraerme demasiado.

Sin embargo, mi semblante de felicidad cambió cuando llegué frente a un elegante edificio. Respiré hondo antes de entrar y me dirigí a recepción.

—Buenos días, tengo una cita con Saint Suppapong —dije, tratando de mantener la calma.

La secretaria tecleó algunas letras y luego asintió.

—Sí, señorita Armstrong, el señor Suppapong la espera en el quinto piso.

—Gracias —respondí, dirigiéndome al ascensor.

En cuestión de segundos, llegué a la oficina de Saint. Al entrar, ambos nos saludamos y él se presentó.

—Soy Saint Suppapong, uno de los mejores investigadores privados —dijo, extendiendo su mano.

Lo miré con frialdad mientras estrechaba su mano.

—Si no fuera así, no estaría perdiendo mi tiempo aquí —repliqué con un tono gélido.

Saint se removió incómodo, claramente intimidado por mi actitud. Nos sentamos y él comenzó la conversación.

—¿Por qué necesita mis servicios, señorita Armstrong?

Suspiré, sintiendo la tensión en mis hombros.

—Necesito encontrar a alguien llamada Sam. Solo sé su nombre y que en algún momento salió con mi hermano Richie. Necesito una carpeta con toda la información posible sobre ella.

Saint frunció el ceño, tomando notas.

—Será algo complicado, ya que no tenemos mucha información sobre la persona que busca.

Lo miré fijamente, dejando claro que no aceptaría excusas.

—No me importa lo complicado que sea. Voy a pagarle muy bien si descubre quién es la persona que estoy buscando.

Saint asintió, sabiendo que no tenía opción más que aceptar el desafío.

—Haré todo lo posible, señorita Armstrong.

Me levanté, indicándole que la reunión había terminado.

—Espero resultados pronto, Saint. No me haga esperar.

Mientras salía de la oficina, mi mente volvía a inundarse con pensamientos de Freen. Pero sabía que primero tenía que resolver este asunto pendiente. Sam iba a pagar por lo que le había hecho a Richie, y no iba a descansar hasta encontrarla y hacerla pagar.

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Al llegar a casa, saludo a mis padres rápidamente antes de dirigirme a mi habitación. Necesitaba un momento para mí misma. Cerré la puerta y me dejé caer en la cama, tomando la tortuga de peluche y la carta de Richie que siempre mantenía cerca. Sentí una oleada de enojo y tristeza al recordar todo lo que había pasado.

De repente, una notificación en mi teléfono me sacó de mis pensamientos. Dejé la tortuga y la carta a un lado y tomé el teléfono, curiosa. Tenía un nuevo seguidor en Instagram. Al principio no le tomé mucha importancia, pero cuando vi el nombre de usuario, algo en mi mente hizo clic.

Entré al perfil de mi nuevo seguidor y vi que era Freen. No pude evitar sonreír al ver sus fotos y videos. Había algo en ella que me transmitía una extraña sensación de paz. Comencé a explorar su perfil, observando las diferentes imágenes que había compartido. La mayoría eran paisajes y retratos impresionantes. Claramente, Freen tenía un talento para la fotografía.

Mientras seguía explorando su perfil, me di cuenta de que Freen era fotógrafa profesional. Eso llamó mi atención de inmediato, ya que recientemente habíamos discutido la necesidad de una nueva fotógrafa para el departamento de marketing en la empresa.

Sonreí para mis adentros, pensando en lo conveniente que sería trabajar con alguien como Freen. Quizás esto era una señal de que no todo en mi vida tenía que ser oscuro y doloroso. Tal vez, solo tal vez, esta nueva conexión podría traer algo de luz en medio de tanta oscuridad.

Me levanté de la cama y decidí enviarle un mensaje directo en Instagram. No quería parecer demasiado ansiosa, pero tampoco podía dejar pasar esta oportunidad.

"Hola, Freen. Me alegra verte por aquí. Tus fotos son increíbles. Me preguntaba si estarías interesada en discutir una posible colaboración profesional. Estoy buscando una fotógrafa talentosa para nuestro departamento de marketing. ¿Qué te parece?"

Envié el mensaje y me recosté de nuevo, esperando su respuesta. Mientras tanto, no podía evitar sentir una pequeña chispa de emoción y esperanza.

Mientras esperaba una respuesta de Freen, escuché un suave golpe en la puerta. Antes de que pudiera responder, mi madre entró con una bandeja de comida en las manos.

—Cariño, he notado que últimamente no has estado comiendo bien —dijo, con una expresión preocupada—. Pensé que te vendría bien algo de comida casera.

Me negué al principio, levantando una mano en señal de rechazo.

—Mamá, no tengo hambre. De verdad, estoy bien.

Pero al ver el rostro triste de mi madre, sentí una punzada de culpa. Sus ojos reflejaban tanto amor y preocupación que no pude mantener mi negativa.

—Está bien, mamá. Dejaré la tortuga y la carta un momento y comeré —dije, sonriendo un poco para aliviar su preocupación.

Ella sonrió, aliviada, y colocó la bandeja sobre mi escritorio.

—Gracias, cariño. Solo quiero asegurarme de que estás cuidando de ti misma.

Asentí, tomando un bocado de la comida. Para mi sorpresa, realmente tenía buen sabor y me di cuenta de cuánto lo necesitaba.

—Gracias, mamá. Esto está delicioso —dije, tomando otro bocado.

Mi madre me observó por unos momentos antes de acariciar mi cabello.

—Solo quiero que sepas que estamos aquí para ti, Becky. No tienes que pasar por esto sola.

Sentí una oleada de emoción y asentí, incapaz de encontrar las palabras adecuadas.

—Lo sé, mamá. Gracias.

Ella se inclinó y me dio un beso en la frente antes de salir de la habitación, dejándome sola con mis pensamientos y la comida. Mientras comía, no podía evitar pensar en lo afortunada que era de tener una madre tan amorosa.

Volví a tomar mi teléfono y noté que tenía una nueva notificación. Freen había respondido a mi mensaje. Mi corazón dio un pequeño vuelco de emoción mientras abría la conversación para leer su respuesta.



Entre La Venganza Y El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora