Capítulo 44: ¿Puedo Ser Tu Novia?

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Los días se habían vuelto cada vez más difíciles desde aquella pesadilla, y las noches parecían interminables. Cada vez que cerraba los ojos, sentía esa opresión en el pecho, esa culpa que me consumía. Sabía que debía contarle toda la verdad a Freen, pero el miedo a perderla me congelaba. El solo imaginar su rostro cambiando, el amor en sus ojos desvaneciéndose en decepción... no podía soportarlo.

Hoy era el cumpleaños de Freen, y me había decidido a pedirle que fuera oficialmente mi novia. Sabía que sonaría extraño, considerando lo que ya éramos, pero quería que ella supiera que la elegía, todos los días, a pesar de mis errores y mis miedos. Estaba en la casa de mis padres, caminando de un lado a otro por la sala. Mi madre me miraba con una sonrisa en los labios y trataba de tranquilizarme.

—Tranquila, hija —me dijo suavemente. —Todo saldrá bien.

Negué, con el estómago revuelto. —¿Y si... y si me rechaza, mamá?

Irin, quien estaba acomodándose junto a Aon, levantó una ceja con ese tono de voz firme que tanto la caracterizaba. —Si sigues pensando de esa manera, Becky, de seguro que te rechaza. No puedes proponer algo tan bonito con ese miedo encima.

Non, siempre el bromista de la familia, se rio y palmeó mi hombro. —Imposible, Becky. Freen te ama demasiado para decirte que no.

Aon asintió, dándome un pequeño empujón de ánimo. —Sí, ella te ama, y eso no va a cambiar por esta propuesta.

A pesar de sus palabras, el nudo en mi pecho seguía allí, pero traté de tomar una bocanada de aire y escuchar a mi familia. Irin intervino otra vez, mirando el reloj. —Será mejor que lleguemos a la hacienda. No queremos llegar tarde a la fiesta de la cumpleañera, ¿o sí?

Mi madre les pidió a todos que se adelantaran, y yo aproveché ese momento para hablar con ella a solas. Su mirada se volvió seria mientras me acercaba y, casi en un susurro, me preguntó: —Becky... ¿Ya sabes algo del hijo de Richie?

Mis dedos se crisparon al escuchar la pregunta, pero asentí lentamente. —Sí, mamá. Está en un orfanato. Estoy pensando en ir a verlo después de la fiesta de Freen.

Ella suspiró, su mirada suave y preocupada. —Quiero que me mantengas informada, hija. Es importante que tomes las decisiones correctas.

Asentí, y ella me dio un abrazo tranquilizador. Luego, ambas salimos y nos unimos a la familia, que ya nos esperaba en el auto.

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El ambiente en la hacienda estaba lleno de alegría y emoción; desde que bajamos del auto, sentí la calidez de la familia y amigos de Freen celebrando. La decoración era sencilla, con luces colgantes que llenaban el jardín de destellos suaves, mesas con comida, y una gran mesa al centro repleta de postres y el pastel de cumpleaños. No pude evitar sonreír al ver lo bien que la madre de Freen había organizado todo, cada detalle reflejaba el amor con el que habían planeado esta fiesta para ella.

Mientras me acercaba a la zona del jardín donde todos se reunían, noté a Freen en medio de un grupo de amigos, riendo de una broma que alguien acababa de contar. Se veía radiante, con esa sonrisa genuina que tanto amaba. Al verme, sus ojos brillaron, y dejó escapar una risa mientras se acercaba con un pequeño paso de baile, tomándome de la mano y llevándome con ella.

—Becky —dijo emocionada, —quiero presentarte a alguien.

Me guió hacia una chica que, hasta ese momento, solo había visto de lejos en fotos: Nam, su mejor amiga. Nam tenía una expresión amigable y una energía vibrante, con una sonrisa amplia que me hizo sentir en confianza al instante. Freen me soltó la mano y me señaló a Nam con un ademán teatral.

Entre La Venganza Y El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora