Capítulo 50: Haz Lo Que Quieras

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Nota: Escuchar Perdóname de Camilo Blanes mientras leen.

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Había pasado una semana desde que Freen se había refugiado en la hacienda, sumergida en su dolor y en los recuerdos. La tensión con su hermana, Sam, se sentía en cada rincón de la casa. Los silencios pesados y las miradas que evitaban cruzarse hacían evidente el quiebre que las separaba. La relación entre ambas estaba rota, y aunque Freen intentaba concentrarse en su trabajo, su mente seguía atrapada en las heridas que habían dejado las revelaciones.

Aquel día, sin embargo, Freen decidió que ya era hora de regresar a la oficina. Había pensado en renunciar, en escapar de todo y empezar de nuevo en otro lugar. Pero sabía que lo laboral no tenía que ver con su vida personal; no podía huir de todo. Con determinación, se encaminó hacia el edificio, su corazón latiendo con fuerza mientras se dirigía a la oficina de Becky.

Becky la recibió con una sonrisa que revelaba sorpresa y una ligera esperanza. Al verla después de tantos días, su expresión reflejaba alivio. Antes de que pudiera decir algo, Freen le extendió un sobre con su excusa médica por la ausencia prolongada.

"No hacía falta, Freen," dijo Becky con suavidad, intentando ocultar su propia incomodidad. "Entiendo por qué te tomaste el tiempo."

Freen solo asintió, fría y distante, y dio media vuelta para retirarse. Pero antes de que pudiera irse, Becky se atrevió a hablarle:

"¿Podríamos almorzar juntas?" le pidió, con una voz que casi parecía una súplica.

Freen se giró, su expresión endurecida. "Nuestra relación ahora es estrictamente profesional, Becky. Lo nuestro terminó."

Becky sintió cómo su corazón se detenía ante esas palabras, cómo cada fibra de su ser deseaba poder retroceder el tiempo. Con la voz quebrada y el dolor reflejado en sus ojos, intentó aferrarse a algo que sentía que se le escapaba. "Por favor, Freen, no hagas esto. Dame una segunda oportunidad."

Freen la miró, sus ojos reflejaban un dolor profundo y una determinación inquebrantable. "Aunque te la diera, Becky," respondió con firmeza, "las cosas nunca volverían a ser igual."

La última frase de Freen cayó como una sentencia final. Becky permaneció inmóvil, sintiendo cómo las esperanzas que había intentado mantener durante esa semana se desmoronaban. Las miradas de ambos se encontraron una vez más, cargadas de palabras que ninguna se atrevía a pronunciar en voz alta. Sin embargo, Freen no agregó nada más. Dio media vuelta y salió de la oficina, dejando a Becky con el peso de las decisiones pasadas y el vacío de las oportunidades perdidas.

Becky salió apresurada tras Freen, sin permitir que la distancia entre ambas se convirtiera en otro obstáculo insalvable. Tomándola de las manos, sintió cómo los dedos de Freen se tensaban bajo su toque, aunque no la rechazaron de inmediato. La miró con una mezcla de decisión y vulnerabilidad.

"Freen, no me rendiré tan fácil," dijo Becky, su voz cargada de emoción. "Voy a demostrarte que mi amor por ti es real. Que, a pesar de todo, nunca he dejado de amarte."

Freen cerró los ojos unos instantes, exhalando un suspiro pesado. Cada palabra que Becky decía parecía abrir heridas que intentaba desesperadamente dejar atrás. "No tiene sentido, Becky," murmuró, mirándola con un cansancio que iba más allá de lo físico. "No puedes arreglar esto solo con palabras."

"Quizá no, pero nada de lo que me digas hará que cambie de opinión," respondió Becky con firmeza, apretando suavemente las manos de Freen, como si intentara anclarla a ese momento.

Freen la observó en silencio, su mirada una mezcla de incredulidad y dolor. Finalmente, soltó las manos de Becky con un suspiro resignado. "Haz lo que quieras," dijo, casi en un susurro, como si ya no tuviera fuerzas para discutir. Se alejó sin mirar atrás, intentando ignorar el eco de su propio corazón, que aún latía rápido a pesar de todo lo que intentaba decirse a sí misma.

Mientras se alejaba, luchando por mantener una fachada de indiferencia, Freen sintió cómo la duda y la esperanza comenzaban a colarse por las grietas de su armadura. Aunque no quería admitirlo, una parte de ella ansiaba ver si Becky realmente sería capaz de demostrar lo que tanto decía. Pero otra parte, aquella que intentaba protegerse del dolor, le advertía que no dejara que esas palabras le volvieran a herir.

Becky se quedó en el pasillo, viéndola marcharse, sintiendo el vacío que dejaba su distancia. Sin embargo, en sus ojos había una resolución inquebrantable. Sabía que no sería fácil, que Freen estaba lastimada y llena de dudas, pero estaba dispuesta a luchar. Había cometido errores, pero, por primera vez en mucho tiempo, sentía la fuerza necesaria para enmendarlos y demostrar que su amor era real.

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Perdón por el cap tan corto

Entre La Venganza Y El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora