Sarocha Chankimha
Mientras me recostaba en la cama, sentí cómo una oleada de emociones comenzaba a invadir mi mente. A pesar del dolor en mi tobillo, no podía dejar de pensar en Becky. Aquella chica de cabello rubio había conducido una hora completa hasta la hacienda, solo para asegurarse de que yo estuviera bien. Esa simple acción significaba mucho más de lo que ella podría imaginar.
La sonrisa se dibujó en mis labios mientras recordaba la forma en que Becky se había sonrojado al darme los brownies y la rosa de caramelo. El hecho de que se había tomado el tiempo de buscar algo que realmente me gustara, me hacía sentir especial. No era solo el hecho de que me gustaran las cosas dulces como; era el gesto en sí, la atención al detalle, y el deseo de hacerme sentir bien.
Me giré en la cama, tratando de encontrar una posición cómoda mientras mi corazón latía con más fuerza. No podía ignorar lo que estaba sucediendo dentro de mí. Esto no era simplemente un gusto pasajero o una atracción superficial. Lo que sentía por Becky iba más allá. Era profundo, auténtico, y empezaba a darme cuenta de que me estaba enamorando de ella.
¿Cómo no enamorarme de alguien como Becky? Su presencia me hacía sentir segura, querida, y lo más importante, comprendida. No era solo su belleza exterior, aunque, sin duda, era deslumbrante. Era la forma en que me miraba, como si pudiera ver directamente dentro de mi alma, y no temiera lo que encontraría allí.
Y lo mejor de todo era que Becky no parecía indiferente a lo que estaba sucediendo entre nosotras, no podía negar que también sentía algo por mí. Lo vi en sus ojos cuando me sostuvo en sus brazos, en la manera en que me cuidó, y en la ternura con la que me trató.
Mientras estos pensamientos recorrían mi mente, me di cuenta de que estaba en un punto sin retorno. Mi corazón ya había hecho su elección, y no había vuelta atrás. Becky estaba empezando a convertirse en alguien indispensable en mi vida, y aunque el futuro era incierto, sabía que estaba dispuesta a seguir adelante.
Sonreí, dejando que la calidez de mis sentimientos me envolviera. Sí, me estaba enamorando de Becky, y por primera vez en mucho tiempo, no tenía miedo de admitirlo.
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Sentí una suave presión en mi hombro, lo que me hizo moverme ligeramente. No tenía idea de en qué momento me había quedado dormida, pero lo siguiente que supe fue que una voz conocida me pedía que me levantara. Me quejé un poco, sintiendo el cansancio aún en mi cuerpo, y lentamente me senté en la cama, aún algo desorientada. Parpadeé varias veces para enfocar mi vista, y cuando finalmente lo hice, ahí estaba Becky, sonriendo.
—¿Qué haces aquí? —le pregunté con voz somnolienta. Becky, con una expresión divertida, se llevó una mano al pecho, fingiendo estar indignada. —Te dije que saldría a buscar algo y que no tardaría —respondió. —Creo que te quedaste dormida mientras me esperabas.
Asentí, ahora recordando vagamente que Becky había mencionado algo sobre salir a buscar algo. —¿Y qué fuiste a buscar? —le pregunté, más curiosa que antes.
Becky levantó una pequeña bolsa y sacó una caja de pastillas, una gel, y una media de compresión. —Esto —dijo, con su habitual seguridad en sí misma. —Va a ayudarte con tu tobillo.
La miré por un momento, sintiendo una mezcla de gratitud y algo más profundo. No solo había pensado en ayudarme, sino que había tomado acción, saliendo a buscar exactamente lo que necesitaba. Esa era la Becky que estaba conociendo, siempre atenta, siempre buscando la forma de hacer las cosas mejor. Y cada gesto suyo, cada pequeña cosa que hacía por mí, hacía que mis sentimientos por ella se intensificaran aún más.
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Entre La Venganza Y El Amor
FanfictionRebecca Armstrong tenía una vida perfecta hasta que su hermano, Richie, se suicidó, dejando una devastadora carta que revelaba el motivo de su muerte. Consumida por el dolor y el enojo, Rebecca jura vengarse de la persona responsable. Sarocha Chanki...