Transmigrado con una cámara del tiempo en DxD

Capitulo 27

El movimiento de balancear sus brazos consumió una caloría de más y su cuerpo decidió apagarse para conservar energía.

Las últimas palabras que escuchó fueron las de Baraquiel maldiciendo a todo su linaje hasta el infierno y de regreso.

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Baraquiel y Azazel estaban en la casa del primero. Eran alrededor de las 14:00, lo que significa que habían pasado aproximadamente 4 horas desde que Igor había ganado. En este momento, el rubio estaba durmiendo en la habitación de invitados de arriba mientras Baraquiel y Azazel estaban sentados en el comedor. Shuri ya se había ido hace media hora para recoger a Akeno de la escuela, dejando a los dos caídos para continuar discutiendo el contenido de la batalla.

Disfrutando brevemente los sonidos de las hojas de los árboles que entraban por la ventana abierta, Azazel estiró su mano para tomar un lote de papas fritas antes de hablar.

—No te sientas tan mal por perder, hermano. Recuerda, el mocoso lo dijo él mismo. Tuvo una década para entrenar para la pelea contra ti.

Baraquiel también extendió su mano para alcanzar el paquete de papas fritas. Parecía nervioso, pero se podía notar un rastro de inquietud.

—¿Pero 10 años? ¿Todo lo que tomó fueron 10 años, hermano? Incluso sin esa aura roja que aumenta su poder, su fuerza base es más alta que la mía. De hecho... si no fuera por mí usando las lágrimas de Phenex, mi pérdida habría sido más miserable.

Aunque Baraquiel tenía orgullo, también sabía cuándo admitir la derrota. Estaba completamente convencido de su derrota. Lo que no podía aceptar era que después de casi diez años de entrenamiento, Igor pudiera derrotarlo fácilmente.

Pero Azazel interrumpió sus pensamientos.

—No son solo diez años.

Tomándose el tiempo para masticar, tragó saliva antes de continuar.

—Probablemente ha entrenado durante algunas décadas. Las últimas diez fueron lo que necesitó para superarte.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Le pregunté a Cleria. Ella le había prestado atención hace unos años. Me dijo que hace solo cinco años, él apenas era de clase media y, dado que todo lo que hizo fue matar a algunos rufianes, ella no lo molestó. Entonces, en mi opinión, lo que posiblemente fueron cinco o seis años para nosotros fueron más de cinco décadas de entrenamiento sólido para él.

Al mirar la expresión seria de su hermano, la propia mirada de Baraquiel también se volvió seria.

—¿Qué tan seguro estás?

—Completamente. Acabo de revisar al mocoso en busca de un equipo sagrado y, sin embargo, todo lo que encontré dentro de él fue algo similar a un reloj de arena. Si estoy en lo cierto, que es así, entonces la codiciada cámara del tiempo que los arios eran conocidos por usar está dentro de él.