Transmigrado con una cámara del tiempo en DxD

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Pero si Masaru la perseguía... temía pensar qué pasaría. Por eso, bajo ninguna circunstancia permitiría que Masaru saliera vivo de allí...

*¡Crack!*

...incluso si cada hueso de su cuerpo estuviera roto. El dolor amenazaba con volverla loca, pero ella aguantó.

Mientras las lágrimas corrían silenciosamente por su rostro, solo tenía una petición para cualquier dios que escuchara las súplicas de su corazón.

[Por favor... mientras mi hija viva]

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|DxD|

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Justo antes de que los cazadores llegaran a la casa de Shuri

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Masaomi yacía en un charco de su propia sangre, sus heridas eran dolorosas y su cuerpo estaba en un estado crítico. Seis de sus camaradas más yacían esparcidos por todos lados con una sola diferencia entre él y ellos. Todavía estaba vivo, pero apenas se sostenía.

Su abdomen estaba completamente aplastado, sus costillas se hundían en sus órganos. Toda su sección media era un completo desastre, incluso sus abdominales parecían estar en desorden. Su área del estómago estaba especialmente roja debido a las venas que estallaban y contribuían a su hemorragia interna.

Sin embargo, Masaomi todavía se aferraba obstinadamente a la vida. Se aferró a Hauteclere, lo único que impedía que todo su cuerpo fuera consumido por las llamas del clan Himejima.

Estaba usando la habilidad de la espada para purificar las llamas que devastaban su cuerpo.

Aunque las llamas no eran oscuras por naturaleza, quienes las usaban sí lo eran. Además, el aura sagrada de la espada tenía el efecto de expulsar las llamas, lo que le permitía curarse lentamente.

Habían pasado más de diez minutos desde que Masaomi había estado tendido en el suelo. Con la poca magia que tenía, pudo detener la mayor parte de su hemorragia interna "quemando" sus heridas internas con su magia. Era todo lo que podía hacer para asegurarse de no morir antes de entregar una actualización sobre Himejima.

Era de vital importancia que notificara a sus superiores sobre la existencia de un luchador de clase dios. El propio Masaomi ya había entrado en las filas de la clase suprema. La combinación de dedicación y una afinidad extrema por Hauteclere le permitió avanzar mucho en estos últimos años. Pero las entidades de la clase suprema no valían la pena mencionarlas frente a una clase dios. A pesar de sus mejores esfuerzos, no logró que Masaru sudara ni una gota.

Como tal, tuvo que llegar primero a la iglesia. Sin embargo, todos los dispositivos de comunicación que tenían fueron aplastados y ciertamente no le quedaba suficiente energía mágica para enviar una señal de socorro.

Así que, sin otra opción, comenzó a levantarse del suelo.