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"Otro humano talentoso. Sin embargo, mientras que uno posee el True Longinus, este posee el artefacto místico de los arios"


El viejo mono sonrió para sí mismo.


"No cometeré el mismo error dos veces"


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|DxD|


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Unos días antes...


Sun Wukong estaba de un humor jubiloso. Estaba volando en el aire con una sonrisa satisfecha en su rostro. Apenas unos meses atrás, había conocido a un niño de un pequeño pueblo que, sorprendentemente, manejaba el True Longinus Sacred Gear. Estaba practicando en el bosque con su lanza y cortaba o perforaba árboles.


Al recordar su encuentro, Sun Wukong soltó una sonrisa. Podía recordar vívidamente lo asustado que estaba el niño cuando se conocieron por primera vez. Pero a pesar de que podía sentir su miedo, el niño todavía lo atacaba imprudentemente con su lanza lista para encontrarse con su corazón.


Todavía no podía olvidar la mirada tonta que lanzó el niño cuando detuvo su lanza con un dedo.


"Ha pasado un tiempo desde que vi a ese chico luchador. Me pregunto qué tan lejos ha llegado con esa lanza suya"


Ya podía ver lo poderoso que podía ser el chico bajo su tutela. Con su tenacidad, Sun Wukong confiaba en criarlo para convertirlo en un poderoso luchador.


"Le enseñaré algunas técnicas de lanza esta vez y veré cómo va todo. Si tiene el corazón, le presentaré a ese tonto, Indra"


Sun Wukong tenía muy claro el poder del Longinus Verdadero. Si podía reclutar al portador de la lanza, el poder del ejército de Indra aumentaría mucho y la próxima guerra contra Shiva daría como resultado una mayor probabilidad de victoria. Si Indra ganaba, entonces finalmente podría obtener las vacaciones que siempre quiso.


Habiendo llegado al pueblo, aplicó una técnica de ilusión simple y caminó entre los aldeanos. El pueblo en sí no era muy grande. En el centro había un pozo para sacar agua, así como algunos puestos que lo rodeaban. También había una taberna cerca, así como varias otras tiendas que rodeaban la plaza.


Sun Wukong pasó por la plaza del pueblo y finalmente llegó a las residencias. A medida que caminaba, la calidad de las casas disminuyó. No fue hasta que caminó un kilómetro más o menos que finalmente llegó a una casa mal construida cerca del borde del pueblo.


Cuando llegó a la casa donde vivía el niño, una mujer mayor lo llamó. Estaba barriendo el exceso de polvo que se había acumulado frente a su propia casa con una escoba hecha a mano con un palo grande y algunas ramitas atadas juntas que actuaban como cerdas.


Cuando llamó a Sun Wukong, todavía había algo de polvo que fluía a favor del viento.


Transmigrado con una cámara del tiempo en DxDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora