Transmigrado con una cámara del tiempo en DxD

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—¿B-Baraquiel?

Ahora estaba nerviosa. El hombre parecía estar perdido en sus pensamientos hasta que se giró hacia ella con una expresión grave en su rostro.

—Alicia. Me disculpo sinceramente por irme así. Pero ha surgido un asunto serio que requiere mi atención.

Luego giró la cabeza hacia un lado.

—Yo... volveré.

Sin esperar su respuesta, desapareció justo frente a ella.

¡Su!

.

|DxD|

.

Baraquiel no esperaba mucho cuando apareció. Su única esperanza era que esa energía malévola que sintió desde Cuba no tuviera nada que ver con su familia. El hecho de que sintiera tal explosión de energía proveniente de Kuoh fue lo que lo hizo dejar a Alicia en primer lugar.

Pero cuando apareció fuera de su casa, su corazón se apretó cuando encontró la puerta abierta.

—No...

Pudo ver las señales de que la cerradura había sido manipulada, la hierba pisoteada indicaba que un grupo de personas había estado allí. A lo lejos, podía sentir vagamente la energía de Igor que provenía de Kuoh, y era aterrador. El hecho de que pudiera "sentir" la ira del rubio sirvió para hacerlo temblar ante las razones del porqué. Volviéndose a mirar la puerta abierta, deseó desesperadamente que sus temores no se hicieran realidad.

Pero también fue entonces cuando notó algo, algo que hizo que su ansiedad se disparara por las nubes.

—La barrera...

No podía sentir la barrera alrededor de la casa ni la que rodeaba el bosque.

—Debería haber recibido una notificación.

Baraquiel comenzó a arremangarse frenéticamente. Si de hecho recibía una señal, entonces habría una ligera quemadura en cualquiera de sus antebrazos. Era un método más arcaico de vincular una barrera a los sentidos, pero era el más confiable. Pero sintió que la fiabilidad era falsa cuando de repente se quedó paralizado.

Allí mismo, en ambos antebrazos, se habían formado dos líneas azules en su piel y parecían haber sido tatuadas allí. Su corazón saltó a su garganta cuando se dio cuenta de que las barreras habían hecho su trabajo.

Pero desafortunadamente...

"¡SHURI! ¡AKENO!"

... estaba en una neblina inducida por la lujuria tal que no sintió la magia quemándole la carne. O más bien, confundió esa sensación de hormigueo que sentía por todo su cuerpo con los cuidados de Alicia. El caído quería darse una bofetada en la cara por semejante delito, una neblina momentánea que potencialmente podría costarle la vida a su esposa e hija.