Transmigrado con una cámara del tiempo en DxD

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A lo lejos, podía enviar la señal de energía de Vasco corriendo hacia aquí a gran velocidad. Aunque no estaba seguro de por qué el anciano correría tan rápido, era una oportunidad para él.

"Acepto tu disculpa, hermana. Pero tengo la sensación de que el señor Strada nos dará las respuestas que ambos necesitamos"

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|DxD|

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Vasco se encontraba actualmente en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington D.C. Esta era la iglesia católica romana más grande de Estados Unidos y se le había solicitado que enseñara a la próxima generación de exorcistas durante los últimos meses.

Con su experiencia, Vasco había sido conocido y temido en todo el mundo sobrenatural no solo por su poder, sino también por su capacidad para enseñar. El anciano exorcista era conocido por ser el padrino de numerosos escuadrones de exorcistas de élite. Solo uno de los escuadrones más nuevos ya era conocido por ser lo suficientemente capaz de contener a las entidades de clase suprema. Con esa capacidad, también era la razón por la que hubo tantos intentos de acabar con su vida. No querían que Vasco criara otra versión de él.

En ese momento, el anciano estaba revisando una lista de nombres en su habitación. En su escritorio estaban los nombres de los portadores de equipo sagrado y los que no lo tenían. Pero el nombre en el que más se centraba era el de Dulio Gesualdo.

Era un niño de diez años con cabello dorado y ojos verdes. En un escuadrón lleno de adolescentes y jóvenes de veintitantos años, ciertamente era un caso atípico. Pero la razón por la que Vasco tuvo que entrenarlo fue porque se había descubierto hace dos años que tenía el equipo sagrado Zenith Tempest. Si eso fuera todo lo que tuviera, entonces Vasco no habría tenido que lidiar con él. Pero resultó que Dulio era extremadamente talentoso hasta el punto de que era visto como otro 'Vasco Strada'. En estos tiempos en los que aparecían figuras poderosas por todas partes, el Papa decidió unir a los prodigios de diferentes generaciones entre sí.

Durante dos años, Vasco había cumplido con sus deberes y le había enseñado a Dulio los trucos del oficio. Pero había un problema que tenía con el chico. Dulio Gesualdo adoraba la comida hasta el punto de que cada vez que Vasco se mudaba a otra región con el chico, tenía que tomarse una semana libre solo para enviarlo a todos los restaurantes porque si no lo hacía, Dulio desaparecería al azar, como ahora.

Solo mirar el nombre le dio dolor de cabeza al anciano.

"Este mocoso. ¿Adónde se fue ahora? Lo juro, una vez que lo encuentre..."

De repente fue interrumpido por un golpe en la puerta. La miró y buscó a tientas quién era. Le tomó un buen segundo, pero pudo decir que era uno de sus estudiantes.

Asintió con la cabeza en señal de aprobación por cómo su estudiante pudo ocultar su presencia.

[Bien. Aumentaré un poco más el alcance de sus lecciones]