Susurros del Destino

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“La vida humana es simple, vaga, monótona  y vacía, llena de vicios, temores, inseguridades que solo conducen a la enfermedad. La vida que creen los humanos es solo una existencia ilusoria por no permitirse creer y expandirse más allá de sus límites.”

Dr. Xanthus  Zennón

5 de Julio del 2012

En un lugar subterráneo, en una habitación de laboratorio se encontraba un doctor analizando unas muestras de tejido desconocido, cuando la puerta se abre bruscamente dando un portazo, dejando entrar a otro científico.

—     ¡Rutspenk!  — grito en cólera quien acababa de ingresar a la habitación — ¡¿Qué es lo que pretendes?!

—     Un cambio radical para el mundo — dijo serenamente mientras seguía observando la muestra.

—     Acaso… — golpeando el escritorio con sus palmas de las manos — ¡¿intentas ser dios?!

—     Claro que no, amigo mio, es solo… evolución —

—     ¡¿No recuerdas el incidente de tiempo atrás?! ¡Que provoco la muerte de un equipo! — expreso exaltado el científico.

—     Si, algo lamentable, fue algo imprevisto, pero no cometeré los mismos errores que él — contesto Rutspenk.

—     ¡¿Imprevisto?!, ¡¿Imprevisto dices?! — acercándose y apretando los puños para golpearlo— ¡¿Cómo puedes decir semejante cosa?!

Antes de que el puño del científico golpeara a Rutspenk una mujer le detuvo el brazo y mirándolo a los ojos movió la cabeza negativamente.

—     Bueno —librándose del agarre de la mujer— en verdad espero que sepas lo que haces Rutspenk, seria una “lastima” que tu trabajo desapareciera.

—     ¿Es acaso eso una amenaza? —pregunto sin dejar de prestar atención a su trabajo.

—     Tómalo como quieras, no sabemos donde o que esta haciendo ahora él con todo ese material que tú permitiste que se llevara— aclaraba mientras se iba retirando de la sala.

—     ¿Es verdad que se llevo material, doctor?— pregunto la mujer.

—     Claro que no, el tenia su propia rama de investigación sobre ese liquido y… —tomando un sorbido de su café— es precisamente por eso que fue expulsado del proyecto, ¿Esta todo listo?

—     Por supuesto Doctor, solo hace falta su señal de aprobación— respondió la mujer.

Casi enseguida sonó la alarma de contaminación biológica, el Doctor y la mujer sabían a que se debía y con unas cuantas señas ella se preparo, sacando del armario una pistola 9mm y varios cargadores, al paso de unos momentos empezaron a escuchar a otros científicos entrar en pánico y gritar, golpes y gruñidos se hacían resonar por las estrechas paredes de la instalación, ellos se mantenían calmados pero les dio un sobresalto al escuchar golpear la puerta de la habitación.

—     ¡Ayuda! ¡Abran la maldita puerta! —decía desesperado una voz familiar.

Se trataba del científico que momentos antes había estado con ellos gritando y reclamando.

—     ¡¿Qué es lo que esta pasando?!— preguntaba totalmente exaltado el recién llegado— ¡¿Por qué están caminando si les han disparado por todo el cuerpo?!

—     ¿Ya intentaron en la cabeza? —preguntaba tranquilamente el doctor Rutspenk

—     ¡¿Tu planeaste todo esto Rutspenk?! ¡Contesta!

—     Alguien que no cree en la evolución, no tiene derecho a preguntar nada

La mujer se acercó a la puerta y al abrirla encontró al científico tirado en el piso, sollozando del dolor que sentía, se encontraba cubierto de sangre y con una herida severa en el hombro, cuando volteo hacia los lados del pasillo notó que los científicos estaban siendo atacados por esas cosas.

—     Doctor, debemos apresurarnos— dijo la mujer.

—     Claro, pero primero acaba con su dolor— respondió el doctor Rutspenk.

El doctor agonizante atónito ante lo que acababa de escuchar solo pudo abstenerse a voltear hacia arriba, para encontrarse con los ojos de su verdugo, color verde esmeralda con un diseño muy peculiar, pues parecía tener una corona alrededor de la pupila, con su asoladora mirada y sin titubear ni un solo segundo jalo del gatillo y salieron de ese lugar.

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