Capitulo 50

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Fecha Desconocida.

Hora Desconocida.

Lugar Desconocido.

El helicóptero descendía a lo que parecía ser una planicie de roca en medio de unas montañas cubiertas por las nubes, el cielo estaba nublado, militares y asistentes empezaron a dar indicaciones al piloto para que tuviera un descenso satisfactorio.

Cuando la aeronave se encontraba firme en el suelo, las hélices dejaron poco a poco de girar, y comenzó el desbordamiento de los elementos, juntos con el chico, David, acompañado por el capitán Damián, se adentraron en una enorme puerta de acero fuertemente blindada que se adentraba en las entrañas de la montaña.

Caminaban por pasillos un poco grandes, iluminados por lámparas a lo largo del techo, puertas a los lados, con piso y paredes blancas, dando una sensación de hospital o laboratorio, el chico seguía caminando un tanto nervioso y se cuestionaba si realmente esto era lo que quería, pues no sabia que era lo que tenían planeado para el.

Llegaron enfrente de una puerta rustica color plateado y de hierro, al abrirla con un poco de rechinido encontraron a un científico con lentes, un hombre caucásico de edad avanzada, se encontraba observando unos tubos de ensayo cuando una voz lo sacó de su concentración.

—Te he traído a otro sujeto de prueba, doc. —dijo el comandante Damián.

—Excelente, excelente, páselo por favor y póngalo en un asiento, comenzaremos de inmediato—exclamo el científico.

Hicieron pasar a David con empujones leves a la habitación, un tanto oscura debido a la falta de iluminación, producto de la falta de ventanas, había estantes con recipientes de cristal con un contenido extraño adentro, y muchos utensilios quirúrgicos, y muebles con botellas y frascos también de cristal, probablemente medicamentos.

David empezaba a temblar, no podía controlar sus emociones ni su cuerpo, haciendo que el comandante Damián se diera cuenta de esto, y con risas burlonas y un asentó desafiante le dijo.

— ¿Qué pasa? Cuando decidiste subirte al helicóptero y abandonar a tus amigos parecías muy confiado.

— ¡Cállate! Yo nunca acepte a venir para este tipo de cosas—exclamo David al ver como el científico sacaba jeringas y las llenaba de una sustancia extraña y amarillenta de uno de los frascos del estante con etiqueta AS-27.

Se le abrieron los ojos en temor a lo que pudiese ocurrirle, y en un movimiento fugaz intento salir corriendo por la puerta atrás suyo, más sin embargo fue interceptado por el comandante quien de un golpe en el estomago lo dejo fuera de sí, despojándolo posteriormente de su camisa y sentándolo en una camilla para intervención quirúrgica.

La habitación se encontraba sumergida en la oscuridad con un solo indicio de luz, la lámpara de enfrente de David, la cual el científico utilizaba para maniobrar y preparar sus utensilios, estaba tomando una bitácora antes de iniciar con su procedimiento, cuando un llamado a la puerta se hizo resonar en la habitación.

— ¿¡Quién demonios es!? ¡¿Qué no hay un aviso en la puerta advirtiendo que estoy ocupado!?—gritó el científico en cólera.

La puerta se abrió calmadamente.

—Discúlpeme, solo he venido por informes—Contesto Simus.

El científico abrió súbitamente sus ojos y enseguida ofreció disculpas.

— ¡Señor Simus! Mis más sinceras disculpas, de haber sabido que era usted yo…—el científico fue interrumpido.

—No hay problema, fue error mio al no dar aviso que vendría para acá—Simus en ningún momento miro al científico, ni si quiera cuando entro a la habitación, y siempre hablaba en un tono de inmensa serenidad—de cualquier forma, ¿podrías darme un informe acerca del individuo en cuestión?

—Excelente señor Simus, tengo avances y descubrimientos asombrosos—expresó el científico con entusiasmo.

—Infórmame.

—Tal parece que el aliento de Seth no actúa de igual manera en todos los individuos, si no que tiene varias etapas, o como yo les digo, “metafases” y en algunos de ellos no se cumplen todas las expectativas, es como una especie de selección natural—el científico fue por una cinta de video y la coloco en una pequeña televisión y la reprodujo—lo que quiero decir es que si el organismo del individuo no se adapta a esta sustancia ocurre lo siguiente.

Simus dirigió su mirada a la reproducción, dándose cuenta que se trataba de una grabación de una cámara de seguridad con una velocidad de reproducción muy aumentada, con un individuo al cual le habían suministrado dicha sustancia, este murió y al trascurrir alrededor de 3 horas, el cuerpo se reanima empezando a tratar de levantarse.

— ¿Hay alguna explicación para lo que le ocurrió?

—Me temo que todavía estamos tratando de averiguar a fondo como es que trabaja la sustancia señor Simus, pero la hipótesis actual sugiere que cuando la sustancia entra al torrente sanguíneo este interactúa con las defensas del organismo, y adyacentemente al sistema nervioso—el científico saco unas hojas—Si el organismo rechaza la sustancia esta reaccionara hostilmente suprimiendo las defensas del cuerpo y poniendo al cuerpo en un estado de escases de recursos, provocando la muerte del individuo.

Simus cerró los ojos y camino unos cuantos pasos para quedarse enfrente del chico.

— ¿Hay algo más acerca de eso?—pregunto Simus.

—Si señor Simus, parece ser que si el organismo del individuo no rechaza el líquido, más sin embargo tampoco se adapta a este, el líquido se adapta al funcionamiento de su cuerpo dando mejoras leves al sistema inmune y habilidades físicas como leve aumento de fuerza o características parecidas.

—Interesante.

—Pero—continuo el científico—si el organismo logra adaptarse perfectamente al liquido, este proveerá al individuo de mejoras excepcionales, tanto en fuerza, como en control cognitivo, psíquico y mental—el científico hojeaba otras paginas de un registro—también presentaran funciones intracelulares aceleradas como en el caso de la mitosis, y segregación aumentada de hormonas de reducción de hambre y estimulación corporal, eso seria todo lo que tenemos que informar señor Simus—termino diciendo el científico a la vez que guardaba las hojas.

— ¿Y el sujeto aquí presente?

—Es un experimento nuevo, administraremos el doble o triple de dosis para ver las reacciones del paciente y poder tener nuevas expectativas sobre la cantidad adecuada para convertirlos en algo superior.

— ¿Disculpe científico, me podría decir cuál es ese suero?

—Oh, por supuesto que si señor Simus, se trata de una muestra adulterada del aliento, diseñada específicamente para modificar los hilos genéticos del ADN provocando una mutación en este y así poder mejorarlo.

—De acuerdo, inicia el procedimiento.

El científico estaba por colocar suero intravenoso a David cuando este se despierta, topándose con unos ojos intimidantemente calmados de color gris azulados con una pupila que recordaba vagamente a los ojos felinos.

Entro en pánico y comenzó a forcejear para tratar de librarse de las ataduras de la mesa, el hombre de complexión ligera enfrente suyo no mostraba actitud de hacer algo, simplemente observaba y el científico a un lado suyo espabilaba para encontrar el tranquilizador, una vez que lo halló se lo suministro, haciendo que David entrara en un estado de relajación involuntaria.

—Bueno, me dispongo a abandonar la habitación para que puedas proceder con tu experimento, doctor—Simus abrió la puerta y salió de la habitación.

El científico tomó una jeringa con una sustancia amarillenta en su interior, golpeando el utensilio levemente para acumular el aire en la punta y después expulsarlo dando un pequeño chorro del liquido, tomó del brazo al chico e inyectándolo volteo a ver la cámara de seguridad en una de las esquinas del cuarto la cual grababa todo.

Susurros del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora