Después de pensar un poco, encontró la formación perfecta para el grupo, poniendo a Jack y a Edward en la delantera; Antoni, Rose y Erika en medio cargando las cosas; y Akemi en la retaguardia.
— ¿Y tú?—pregunto Antoni.
—Yo estaré con ustedes en medio ayudándoles con las cosas y defendiéndolos—resolvió responder Jhosep.
Edward miro a Akemi y después a Jhosep.
— ¿¡Pero por que Akemi tiene que ir sola atrás!?—Edward protestaba.
Akemi se sonrojo ante el acto y dijo.
—Por que confían en que harás un buen trabajo despejando el frente.
Edward se ruborizo y se entusiasmo.
Organizaron su formación como estaba planeado, Erika y Rose cargaban los víveres, mientras que Jhosep y Antoni cargaban las colchas con las armas, municiones y cobijas, así valerosamente salieron del cuarto donde se encontraban. Jhosep volteo hacia tras mirando el cadáver del superviviente en la silla, cerro los ojos y volteo hacia el frente.
Ellos caminaron por un pasillo hasta tener la oportunidad de salir a una zona amplia sin techo, era el medio de la instalación donde aterrizaban los helicópteros, todo iba bien hasta que Jack realizo los primeros disparos en el frente con su ametralladora UMP, se sorprendió por la movilidad moderadamente ágil de las criaturas más sin embargo nada que un tirador nato no pudiera superar derribándolo al segundo intento.
—Tengo que acostumbrarme—pensaba Jack mientras apuntaba precavidamente hacia su frente.
Edward se separo un poco de su formación corriendo un poco más hacia adelante, para enfrentar a dos oponentes que corrían hacia él por un lado suyo, Edward los intercepto blandiendo la hoja tan propiamente afilada de su espada matando a uno, empero el otro le dio más rivalidad, teniendo que maniobrar más para poder vencerlo.
—Esto seria más fácil si no estuviera cargando la mochila de Akemi, me quita movilidad—se decía a si mismo Edward un poco irritado pero no se quejaba.
Desenterró la espada de la carne fétida del carroñero y se reagrupo.
Akemi por otra parte, disparaba con total tranquilidad, con bastante calma, disparo tras disparo iba derribando a esas cosas que a medida que los chicos avanzaban iban aumentando en numero, ella disparaba movía rápidamente su arma, un modelo M4A1 con mira telescópica, hasta quedarse sin balas.
— ¡Sin balas!—pensó Akemi y sin dejar de mirar a sus objetivos exclamo— ¡Edward, pásame un cargador de la mochila por favor!
Edward tomo la mochila y la puso enfrente suyo abriendo la bolsa grande y metiendo su mano esculcando hasta tocar algo parecido a un cargador sacándolo y observando, cuando se dio cuenta que ese era el cargador correcto para el arma de Akemi, Edward se lo lanzo.
Ella lo recibió y tomando el cartucho vacío lo guardo en uno de sus bolcillos poniendo el nuevo, corriendo la cámara de su arma con tanta agilidad y naturaleza que daba la impresión de ser una profesional.
Siguieron caminando cruzando el enorme espacio hasta introducirse en el pasillo, pasos, se escuchaban por todo el interior de aquella estructura, apresurados hasta parar de tope en las escaleras que daban al vestíbulo.
— ¿¡Pero que…!?—Rose no pudo evitar arrodillarse y vomitar.
Se encontraban en el vestíbulo donde aparentemente hubo una brutal masacre, con cuerpos inertes mutilados, piso y paredes manchadas de sangre y en el suelo, restos de carne, órganos y tejido, agregándole el penetrante aroma a putrefacción y la carente luz que traspasaba de la ventana.

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Susurros del Destino
Science Fiction"El mundo esta en sus labores diarias, con un sin fin de fatídicas y monótonas rutinas que a día a día se emplean, hasta que una estrategia para mejorar ese mundo se lleva a cabo, todo marcharía bien si no fuera por un catastrófico accidente natural...