Unos minutos antes…
Jack se encontraba buscando al hangar de vehículos y al sobreviviente, escuchaban los pasos con el típico sonido de casquillo de las botas militares por los pasillos, caminando aceleradamente en busca de su objetivo.
Continuaba caminando mientras se preguntaba donde podrían estar los vehículos en ese lugar, y cruzando un pasillo llego a dar al vestíbulo, era un espacio enorme y sus ojos se abrieron precipitadamente al observar las paredes y el piso que estaba cubierto de sangre, trozos de carne y pellejo, y lo que era más desagradable, intestinos regados por todo el piso, brazos y pies amputados a medio comer, y rastros de sangre que sugiere que fueron arrastrados hacia una zona más oscura por el pasillo lateral.
— ¿¡Pero que carajos!?—Jack se tapo la boca he hizo un sonido por su intento de vomitar y reincorporándose rápidamente se tapo un poco la nariz, debido al fétido hedor de descomposición.
Se decidió a bajar por las escaleras que daban al vestíbulo con su arma en alto lista para cualquier cosa, cuando nota que hay casquillos de balas en las escaleras y enseguida pensó “El superviviente”, así que respirando profundo y pensando que no le pagaban lo suficiente para hacer eso se aventuro en el pasillo lateral que estaba sumergido en la oscuridad.
Daba pasos lentos, no se veía absolutamente nada más que unos rayos de sol penetrando en la oscuridad gracias a una puerta un poco abierta en medio del pasillo a una distancia de 15 metros de donde se encontraba él.
—Menos mal puedo ver algo enfrente mio—Se decía a si mismo Jack al mismo tiempo que daba un suspiro, pero antes de poder calmarse un poco, escucho un chillido fuerte y agudo.
El militar se estremeció y atemorizo, pues era un ruido que no había escuchado jamás y se escucho bastante cerca, pasó tras paso, resonaban sus botas militares por aquel estrecho lugar, ese pasillo sumergido en la penumbra que una vez pasado el haz de luz, se situó en una oscuridad abisal, apenas visible lo que había al final de aquel tan atemorizante corredor, una escalera emerge hacia lo desconocido, hacia lo que parecía ser el estacionamiento.
—Genial, lo que me faltaba, un rastro de sangre que se dirige hacia el estacionamiento—pensaba Jack con pesadez.
Dio otros 5 pasos y se detuvo al sentir algo debajo de su bota izquierda, al agacharse y recoger lo que había en el suelo, se dio cuenta de que se trataba de un casquillo, y al acercarlo más a su rostro, pudo leer “colt .45”, Jack sabia que se trataba del casquillo de la bala que usan los revólveres.
Cuando Jack se iba a levantar escucho un grito de pánico, el militar se estremeció un poco pues lo había tomado por sorpresa, así que caminando hacia las escaleras se agarró del barandal y hecho un vistazo hacia abajo, solo veía oscuridad.
—Sabes, creo que no es buena idea que bajes, no sabes que pueda haber haya abajo—dijo Steve a través del comunicador.
El militar se sobresalto.
—Me asustaste… No veo nada—contesto Jack.
—Lo se, mi cámara tampoco refleja nada.
— ¿Y si la pones en infrarrojo o en modo nocturno?
Steve se rio con el comentario de su compañero.
— ¿Crees que este intento de cámara tiene esas modalidades? Con trabajo graba.
—Eso es un fastidio, como sea, ya no hagas ruido, hay… algo acá abajo.
Steven se mantuvo al margen y después de un pequeño momento de silencio, alguien hablo por el auricular.
— ¡Oigan! hemos encontrado comida y un soldado muerto con un papel con ciertos números, estos son por si alguien los necesita, cero-seis-cero-cinco-dos-tres-seis.
Jack dijo que era interesante y ordeno a Steven que los recordara y se mantuviera en silencio.
Empezó a caminar despacio y a descender lentamente por las escaleras, y se percato que efectivamente se trataba de un rastro de sangre que bajaba hacia el estacionamiento y casi al final de las escaleras se encontraba un pie y su bota todavía puesto.
—Vaya asco… te la estas pasando bien, ¿verdad?—comento Steven en forma de burla.
—Cállate—contesto Jack a la vez de golpear el auricular.
Preparo su arma y termino de bajar las escaleras apuntando hacia lo oscuro, y pudo observar algunos coches civiles, con rasguños, golpes y unos cuantos con manchas de sangre. Pensó que ahora eso era normal y siguió caminando lentamente, había unas cuantas barras luminiscentes a lo largo del estacionamiento, unas amarillas y otras rojas, iluminando levemente parte del estacionamiento pero el resto permanecía en total oscuridad.
Más o menos en medio del estacionamiento, visualizo un Vehículo Blindado Ligero como los que el solía usar en su escuadrón, normalmente conocido como “VBL” y se propuso volver por el mientras seguía el rastro de sangre, que llevaba a un pasillo situado al fondo del lugar, era un pasillo sin salida, solo una puerta tétrica de acero blanquezco en uno de los costados y en la entrada de la misma, había muchos cadáveres de los no-vivos brutalmente masacrados. La puerta estaba cerrada por un codificador.
—Menudo asco de escena, ¿no crees?—hablo Steven por el auricular, atónito ante lo que observaba a través de su cámara— te tocara moverlos para poder entrar—termino diciendo con tono divertido.
—Si estuvieras en mi lugar no lo dirías tan a la ligera—respondió Jack un poco irritado.
Jack suspiro y se agacho, dejando su USP .45 en el suelo a un lado suyo. Se encontraba moviendo cadáver por cadáver de esa pila de como 10 cuerpos, unos partidos por la mitad, otros desmembrados… Jack no pudo evitar notar que su hedor era horrible y Steven solo le contesto que no podía esperar otra cosa, pues estaban muertos.
Jack estaba hablando cuando uno de los cuerpos que se encontraba enfrente del militar acuclillado se levanto y dirigió su mandíbula hacia él, tirándolo al piso, Jack forcejeaba para evitar ser lesionado con la mano izquierda mientras que su mano derecha buscaba su arma, hasta que la encontró y poniendo el cañón en la boca del individuo disparo.
— ¡Come plomo desgraciado! Acabemos con esto de una vez—dijo fatigado Jack al terminar de reincorporarse—esperemos que el superviviente no este muerto… o caminando sin rumbo.
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Susurros del Destino
Ficção Científica"El mundo esta en sus labores diarias, con un sin fin de fatídicas y monótonas rutinas que a día a día se emplean, hasta que una estrategia para mejorar ese mundo se lleva a cabo, todo marcharía bien si no fuera por un catastrófico accidente natural...