Capitulo 25

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—     ¿Una mujer? ¿Solo era una simple mujer? Nos dijeron que eran varios supervivientes— dijo el primero de ellos.

—     Tienes razón, pero ella es sobreviviente al terremoto creo, pues tiene la mirada perdida y ellos se han estado moviendo, ¿ya revisaste aquel cuarto?— le contesto y cuestiono su compañero.

—     Estaba en eso cuando reportaste una mujer.

—     ¿Y el baño?— le cuestiono su compañero mirándolo con los ojos entrecerrados y seriamente en gesto de desagrado.

—     ¿Bromeas? le escurre agua, el drenaje se ha de haber roto, encima de eso mira— señalando hacia arriba— el techo parece que colapsara en cualquier momento— respondió su compañero con señas y gestos de todo tipo debido a la incomodidad que le presentaba tan solo la idea de entrar y que el techo le colapsara encima.

—     Tienes razón pero aun así revisa o tendremos problemas con los superiores.

—     Bueno ya voy— cuando el soldado se encontraba enfrente de la puerta del baño, desde la radio de ambos escucharon la orden de presentarse enfrente de su superior en la zona de aterrizaje— genial, ¿ahora que habrá sucedido?

—    Me voy adelantando, termina de revisar lo más rápido que puedas— le contesto su compañero.

—     De acuerdo— decía con desgana mientras entraba al ultimo cuarto restante, el de la   izquierda— todavía tengo que revisar esto, joder.

El soldad entro a revisar el ultimo cuarto de mala gana, “como si fuera a encontrar algo ahora” Se decía a si mismo, decidió inclinarse para observar debajo de la cama, sacando su linterna para alumbrar adentro de ese hueco oscuro cuando escucho un chirrido y unos pasos, quiso voltear para atrás cuando un golpe en la nuca lo dejo fuera de si.

—     Con eso debe tener para un buen rato, fue bastante fuerte…— dijo divertida Akemi mientras se sobaba su mano derecha— Veamos que tienes de útil— empezando a escudriñar el cuerpo del soldado inconsciente y cuando acabo observo lo que había conseguido— “dos granada de fragmentación, cuchillo de combate, una Pistola M9 con 2 cargadores extra y un radio, genial”— pensaba Akemi.

—     Sabes, pensándolo bien no fue buena idea meterme a la bañera, por momentos pensaba que moriría aplastado por el techo en cualquier instante, además ese lugar tenia un olor como a culo— termino diciendo su compañero Richard mientras se tapaba la nariz.

Akemi encontró el comentario de su amigo muy hilarante y reía mientras guardaba las cosas que consiguió del militar en su mochila, después pregunto.

—     ¿Y de aquí a cuando has olido un culo?— cuestionaba mientras ponía una cara de inocencia con picardía.

—     Bueno, sabes que soy gay así que…— antes de que pudiera terminar lo que iba a decir Richard, se escucharon fuertes golpes provenientes de abajo.

Se trataba de unos militares que seguían adentro de la casa, lo supieron por que uno de ellos hablo por la radio para decir  “Objetivos eliminados, señor, los muertos están más muertos esta vez”.

Se les había sobresaltado el corazón, pensaban que los habían descubierto. Escucharon pasos en forma de marcha, Akemi se asomo con cautela por lo que quedaba de la ventana, se estaban reuniendo para contemplar una mujer, muy pálida y aterrada, al mismo tiempo que un soldado con boina, probablemente el comandante, gritaba y hacia señas con las manos, en seguida hicieron a la mujer a abordar el helicóptero.

—     ¿Qué crees que le hagan Akemi?— preguntaba Richard con miedo mientras se aferraba del brazo de Akemi.

—     Nada bueno, te lo aseguro— contesto mientras miraba seriamente y apretaba el mentón al seguir viendo a esos hombres.

—     ¿crees que?...— el dialogo de Richard fue interrumpido por gritos agudos que lastimaban los oídos— ¡¿Qué pasa ahora?!

La mujer forcejeaba, había entrado en una desesperación total, los soldados luchaban por controlarla, la mujer al fin se libero de sus agresores y quitándole el cuchillo de combate a uno de ellos, se dispuso a enfrentarlos.

La mujer empuñaba fuertemente el mango del cuchillo, y los soldados solo observaban con atención, uno de ellos le dijo que se calmara y no tendrían que llegar a extremos, la mujer no decía nada.

—     No nos obligue a hacer algo de lo que se arrepentirá— comento otro soldado.

La mujer seguía en silencio, hasta que su mirada se torno llena de ira y rabia.

—     ¡Jodanse! No iré con ustedes, ¡locos desquiciados!

Todos los soldados ahí presentes empezaron a reír a carcajadas, de una manera burlona y humillante.

La mujer entro en cólera, y corriendo hacia uno de ellos, intento darle un tajo, pero el soldado esquivo y momentos después se escucho un disparo, la mujer había sido herida en la pierna derecha, era bastante doloroso e incapacitante pues la mujer gritaba agonizante.

Todos se burlaban pero de un momento a otro, todos guardaron silencio, del helicóptero bajo un comandante, caminando imponente entre sus súbditos, tenía una boina diferente que la del anterior, y su característica más sobresaliente era una cicatriz de cien a cien pasando por sus ojos, caminaba soberbio con los ojos cerrados y poniéndose enfrente de la mujer articulo.

—     Soy el comandante Damián, y tu mujer, ¿como te llamas?

—     Q-Que…—la mujer fruncía el ceño, tosía, pero logro contestarle— que te importa.

—     Bueno, eso no importara una vez que te llevemos, no reconocerían ni tu rostro.

El comandante seguía parado enfrente de ella, con las manos atrás de su espalda, mientras la mujer apretaba el cuchillo con más fuerza, rompió en llanto.

—     P-Perdóname mi amor… no podre llegar…— se susurraba para si misma la mujer.

—     ¿Qué dijo?— pregunto soberbio el comandante.

La mujer de un movimiento casi fugas, levanto el cuchillo, el comandante no se sorprendió pero quedo atónito con el fin que tenia la mujer de hacer ese movimiento, pues había atravesado su garganta con el cuchillo, quedándose tirada donde estaba, convulsionando, muriendo lentamente por desangramiento.

—     Ah, bueno, que se le puede hacer, ya capturaremos a más…— el comandante dio un sobresalto al escuchar y sentir una bala rosando su rostro— P-Pero ¡¿Qué demonios?!

A lo lejos se pudo observar como alguien se protegía atrás de un edificio. Era Jack que desde la otra esquina había realizado el disparo y su objetivo era el comandante.

—     ¡Demonios! Falle— se decía Jack en voz baja.

Jack se asomo por un pequeño orificio para poder divisar bien a sus oponentes, conto alrededor de 15 soldados, 2 comandantes y los 2 helicópteros que se encontraban en aquel lugar, “Esto se pondrá divertido” pensaba Jack.

—     Solo harás que te maten, ¿porque rayos hiciste eso?— le cuestiono irritado Steven.

—     Míralos, se están escondiendo detrás de los helicópteros y los árboles, es bastante obvio que los supervivientes necesitan…— se hizo escuchar el sonido de un proyectil rosando cerca de él— ¡Joder!, necesitan distracción.

Susurros del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora