Capitulo 51

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Nadie quedo exento del caos en todas partes del mundo debido al terremoto, varios volcanes entraron en erupción y otros más aparecieron, las grandes olas que acompañaron a los tsunamis azotaron con fuerza y brutalidad las costas de numerosos países dejando inundaciones y destrucción a su paso; cada país de cada continente y cada hombre de cada ciudad hacia lo que creía necesario para sobrevivir, pero eso no significaba que fuera siempre lo correcto.

Reino Unido.

10/12/2012

11:52 pm.

Londres.

El lugar donde se hace la resistencia es nada menos que en el gran y antiguo Palacio de Windsor, donde suele residir la reina del país, y no es para menos pues solo hay una entrada y una salida en pie debido a que el resto de las entradas al castillo fueron destruidas para evitar esparcir las tropas; el lugar se mantiene iluminado con bengalas, luces intensas y para mantener las cosas de afuera a raya, se creó una línea de defensa en la entrada y un pequeño destacamento, donde la fuerza principal concentraría el fuego, más atrás una línea de morteros, y, en el mismo palacio, dos ametralladoras pesadas  puestas en ventanas frontales y dos francotiradores en las cercanías ocultados en los arboles, pero aun así eran demasiados, la comida y las municiones empezaban a escasear, los hombres no podían darse el lujo de descansar mucho tiempo, solo 15 minutos era lo máximo, pero los hombres agradecían el poder reponer un poco las energías”

—Los hombres tienden a vacilar cuando tienen esperanza, tienen miedo de perder algo importante pero en este mundo ¿qué es lo realmente importante? ¿La comida? ¿Agua? ¿La vida?—habló un hombre de edad madura sentado en una tienda de campaña, observando el mapa del lugar—antes solía ser así, ahora sobrevivir es importante y esencial, ya lo dijo Darwin “solo los más fuertes sobrevivirán”, los débiles solo son el puente para que el fuerte nazca, así es la naturaleza o así dice esa frase pero…—haciendo una pausa—yo creo en el cambio.

— ¡General!—llego un soldado algo agitado—solicitan su presencia en el consejo.

—Entiendo sargento, dígales que voy en camino.

— ¡Si, señor!—fue lo que dijo el soldado antes de retirarse.

—Señor ¿Cuál es la estrategia de defensa?, si no hacemos algo la barricada del norte caerá—hablo otro soldado que acompañaba al general en la misma tienda.

—Estoy al tanto de la situación coronel, la mejor forma será reasignar pociones y colocar tres grupos de cuatro soldados—dijo el general señalando en el mapa con sus dedos las posiciones—y que dos francotiradores se pongan en las ventanas de estos edificios.

—Entendido señor y ¿El grupo de morteros?

—Que disparen fuego a discreción en esta zona—agrego el general encerrando el lugar del mapa en un circulo— eso los retrasara sí no es que acaban desmembrados primero, bien, informales a los demás, tengo que ir a ver a nuestros políticos.

—Entendido señor—contesto el coronel y luego tomó la radio—Aquí comandancia a todas las unidades…

No hay forma de que todos salgan con vida coronel, retrasar lo inevitable es primordial, si eres fuerte sobrevivirás, sí no…—pensó el general mientras salía de la tienda de campaña.

El General se movía rápidamente hasta subir al tercer piso donde se encontraba la reina y su consejo para determinar la situación.

—General… no hay tiempo para formalidades, ¿Cuál es la situación?—dijo una mujer de edad avanzada, su vestimenta era de lujo color blanco con adornos  y su característica principal es que traía una tiara en la cabeza, símbolo innegable de la realeza.

Susurros del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora