Capítulo 44

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Yunmeng Jiang.

Los tres Lotos más grandes se encontraban pasando un buen rato con sus tíos en la cocina. Iban a preparar varios platillos y por supuesto no podía faltar la famosa sopa de raíz de loto con costillas. Hua Cheng era tan experto en esa receta como cualquiera de Yunmeng, había aprendido a hacer esa sopa para su esposo y se la preparaba cada vez que que se sentía triste o extrañaba Yunmeng. De ahí, Yanli había aprendido la costumbre de preparar sopa de raíz de loto para reconfortar a los demás.

Mientras los tres lotos y Hua Cheng picaban los ingredientes y los sazonaban, Xielian solo los observaba con una tierna sonrisa, les hacía plática y de vez en cuando les pasaba cosas que necesitaban. El Loto Escarlata nunca había sido bueno para cocinar, específicamente era un "desastre culinario" como solía llamarlo el señor Fengmian, quien varias veces casi murió en su juventud por platillos preparados por su hermano.

—¿Seguros no necesitan ayuda en otra cosa? —preguntó Xielian.

—No te preocupes, amor. Ya todo estará listo en un momento —dijo Hua Cheng— Aunque, pensándolo bien, podrías ayudarnos a ir probando lo que ya preparamos y decirnos si esta bien de sabor o le falta algo.

—Me parece una buena tarea. Aunque no creo que le falte nada. Ustedes cocinan muy bien —Xielian tomó felizmente sus palillos y comenzó a probarlos.

Los tres Lotos se quedaron viendo con ternura a sus tíos, los dos siempre buscaban involucrar al otro en lo que hacían y evitaban a toda costa que se sintieran fuera de lugar. Era tan sencillo para ellos hacerlo, un detalle como: "Gege, pásame las especias." "Gege, prueba esto, ¿le falta sal?", eran cosas que hacían a Xielian sentir bien aunque no pudiera ayudar a su esposo a cocinar.

Habían crecido viendo diferentes tipos de amor. Sus padres eran más fríos el uno con el otro en su vida cotidiana, tanto que a veces daba la impresión de que no se querían, pero cuando alguno tenía algún problema, se defendían a muerte; si alguno se enfermaba, el otro lo cuidaba con cariño. En cambio, sus tíos eran una pareja que se mostraba afecto a diario y no les daba pena hacerlo en público, eran muy detallistas entre sí y por su puesto, siempre estaban al lado del otro en las adversidades también.

Jiang Cheng y Weiying se pusieron a reflexionar en todo eso mientras cocinaban y comenzaron a imaginarse que tipo de pareja serían si se casaban con sus Jades. ¿Serían como sus padres? ¿Como sus tíos? ¿Una combinación de ambos o algo totalmente distinto?

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el fuerte ruido de la puerta azotando contra la pared y vieron a Jingyi entrando hecho una furia.

—¡Weiying! ¡A-Cheng! ¡Díganle a mamá que no es justo! —dijo Jingyi entre lágrimas.

—Jingyi, no hagas tanto alboroto —dijo la señora Yu mientras se sobaba las sienes.

—¡Me invitaron a mi y no a ti! ¡Entiéndelo! —exclamó Jinling.

—¿Por qué solo a ti? —lloriqueo Jingyi.

—Yo que sé, ¿quizás porque soy mejor compañía?

—¡Yo tengo tanto derecho como tú! —Jingyi se abalanzó a Jinling y comenzaron a pelearse.

—Jingyi, ¿qué sucede? —dijo Weiying.

—¡Ya basta! —dijo Jiang Cheng y con ayuda de Weiying separaron a los mellizos.

—¿Ahora si pueden decirnos que pasa?

Los mellizos solo se miraron con furia para luego desviar sus miradas y quedarse en silencio.

—Yo no pienso explicar nada —dijo la señora Yu— Aquí nadie tiene compasión de mis nervios.

—Gongyi Xiao invitó a Jinling a pasar una semana con su familia en Guilin —dijo el señor Fengmian—, pero no invitó a Jingyi, por eso está muy enojado.

Orgullo y Prejuicio. Versión MDZSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora