Capítulo 24

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Noche del día 3. Residencia Baihua.

La cena terminó y Lan Qiren le pidió a su sobrino Xichen que lo acompañara al estudio. Seguramente para llamarle la atención de nuevo por lo de la cinta.

Jiang Cheng se quedó muy preocupado por eso, y aunque no lo manifestó, Weiying se dio cuenta.

—A-Cheng, ¿tú sabes que significa la cinta? ¿Por qué tanto alboroto?

—Tampoco tengo idea.

—Bueno. No creo que no pase de un regaño. Tu amorcito estará bien.

—Weiying —dijo con molestia.

—¿Qué? ¿No es tu amorcito?

—Deja de decir tonterías.

Weiying rió— Pensándolo bien, quizás el viejo ponga a Xichen a hacer cientos de planas de "No debo perder mi cinta en los baños". Pobrecito.

—Espero que no —la preocupación en Jiang Cheng aumentó— es así, tendré que ayudarle a Xichen con sus planas. No puedo dejarlo solo.

Lo más correcto sería que los pusiera a los dos a hacer planas de "No debo tener relaciones antes del matrimonio" —pensó Weiying con diversión.

—¿De qué diablos te ríes?

—Nada —respondió Weiying mientras seguía riendo y Zidian comenzaba a sacar chispas.

—Esta bien, esta bien. Ya no me río. ¿Por qué no juegas weiqi conmigo? —lo tomó del brazo y lo miró mientras pestañeaba rápidamente.

—No. Suéltame.

—¿Vas a dejar solo a tu hermanito?

—¿Solo? Si bien que estás con Hanguang-Jun cuando no estás conmigo. No creo que te sea problema buscar su compañía otra vez —Jiang Cheng le ofreció una sonrisa maliciosa.

—¡Pero siempre terminamos discutiendo o en situaciones extrañas!

—¿Qué clase de situaciones extrañas?

Ups. No debí decir eso.

—No lo sé. Situaciones extrañas —dijo sin darle importancia.

—Ajá. Sí, claro.

—Entonces, ¿si vas a jugar conmigo? Ándale —Weiying se abrazó más al brazo de su hermano, pues si él no quería jugar, solo le quedaban otras dos opciones: leer o pintar, pero eso implicaba ir a la biblioteca y grandes posibilidades de encontrarse a Lan Zhan ahí. La verdad es que preferiría no toparse con él. Aún no podía creer que ese hombre hubiera logrado ponerlo en celo con el solo hecho de posar para él. Weiying no quería volver a sentir ese deseo ardiente, le parecía muy vergonzoso y ridículo, pues era imposible que algo más pudiera surgir entre ellos dos, era obvio que no se caían bien.

Malditas feromonas. Quizás estos supresores que traigo tengan algún fallo.

—¡Wei gongzi! —irrumpió una voz. Al voltear se dio cuenta de que era ese chico alfa que le había hablado en la biblioteca.

—¡Hola! —lo saludó Weiying y también a su grupo de amigos que venía con él.

—Wei gongzi, aún está en pie nuestra oferta de jugar weiqi y mahjong. ¿Le gustaría jugar ahorita?

Los ojos de Weiying se iluminaron— ¡Claro que sí!

—¿En serio? —los ojos del chico también se iluminaron.

—Perfecto —dijo Jiang Cheng— Entonces yo me retiro.

—Mmm ya qué. Te iré a ver luego —respondió Weiying, luego se volvió hacia  chico— Tú nombre es Hong , ¿cierto?

Orgullo y Prejuicio. Versión MDZSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora