Capítulo 30

514 74 67
                                    

Montaña Cang Qiong.

Al volver a la residencia de sus tíos, Weiying se encontró con que sus padres ya estaban ahí y estos se sorprendieron mucho al verlo llegar con el Segundo Jade y la pequeña A-Qing como si fueran una pareja.

—¡Mamá, papá! ¡Ya llegaron!

—¿Se puede saber dónde estabas? —la señora Yu miró con reproche a Lan Zhan— ¿Qué hacías con él?

—Llevamos a la pequeña A-Qing a comprar caramelos. Hanguang-jun nos acompañó a petición de ella, ¿no es así?

—Mmm —asintió Lan Zhan.

—No me parece adecuado que hayan ido ustedes dos solos.

—Mamá, solo fuimos por dulces y no fuimos solos, estaba A-Qing.

—Le aseguro que no pasó nada indebido —dijo Lan Zhan— Si me disculpan, debo retirarme —hizo una reverencia y se fue otra parte del salón.

—Mamá, ¿por qué fuiste grosera con él?

—¿Te parece poco lo grosero que él ha sido contigo?

—Por supuesto que no, pero aún así no debiste comportarte así. Ni siquiera lo saludaste.

—No te quiero volver a ver con él. ¿Me escuchaste, Wuxian?

—Querida, me parece que nuestro hijo ya es lo suficientemente mayor como para elegir con quién llevarse y con quién no —dijo el señor Fengmian— Ven, ¿por qué no vamos dónde está tu hermana? Tienes tiempo sin verla.

La señora Yu lanzó un bufido pero hizo caso a su esposo.

—Gracias, papá —dijo Weiying, su padre le puso una mano el el hombro para demostrar su apoyo y luego se alejó con su esposa.

Ya estando solo, Weiying se paseó entre la multitud pero chocó con alguien en medio del camino.

—¡Ah, por qué a mí! —exclamó una voz.

—Lo siento —dijo Weiying.

Cuando las dos personas se vieron no pudieron evitar poner los ojos en blanco.

—¡Wei Wuxian, tú otra vez! ¡Qué tienes en contra de mi ropa! ¡Siempre me tiras la bebida encima! —se quejó Wen Chao.

—Esta vez fue tu culpa por andar en la luna.

—¿No piensas disculparte?

—No —Weiying sonrió descaradamente.

—Wei Wuxian, te disculpas ahora o te arrepentirás de haber nacido.

—¿Qué harás? ¿Golpearme? —Weiying puso sus manos en la cintura y lo miro retadoramente.

—Sí eso es lo que buscas —Wen Chao alzó su mano en forma de puño, pero no pudo lanzar el golpe. Frente a él, tenía a Wei Wuxian, un omega qué detestaba con todas sus fuerzas, pero que era indudablemente hermoso. Se quedó hipnotizado por ese bello rostro y esa cabellera abundante y larga que caía grácilmente por uno de sus hombros.

¿Cómo iba a ser capaz de arruinar ese hermoso rostro?

Inconscientemente fue bajando la mano poco a poco.

—¿Qué pasa? ¿Te doy miedo? —dijo burlón.

—¡Ja! En tus sueños Wuxian.

—Siempre me has tenido miedo. Eres un cobarde —Weiying se pasó los dedos por el cabello para acomodarlo y a Wen Chao le pareció muy atractivo ese movimiento—¿Ahora qué me ves?

—Nada.

Weiying enarcó una ceja— Qué cobarde eres.

—¡No soy un cobarde! Es solo que…amm…este…no me gusta golpear omegas.

Orgullo y Prejuicio. Versión MDZSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora