Capítulo 38

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Jiang Cheng dio la noticia de la partida de Xichen a sus padres y a pesar de que no les dijo nada acerca de Haoran, su madre se puso a gritar, no podía creer que tal cosa hubiera sucedido justo cuando él ya estaba tan cerca de casarse con el Jade y pasó el resto del día lamentándose aún más que Jiang Cheng.

El señor Fengmian fue más empático con su hijo y evitó mencionar el nombre de Xichen frente a él.

Después de cinco días, Jiang Cheng por fin se animó a salir de casa y toda la familia aprovechó para salir de compras juntos. No había recibido ni una sola noticia de Xichen o de cualquiera de los Lan, y estaba decidido a resignarse.

Tan pronto entraron a la tienda de telas,  Jiang Cheng se arrepintió de haber salido de casa, las personas comenzaron a cuchichear mientras lo miraban con poca discreción.

—No les hagas caso, A-Cheng. Esta gente solo habla sin saber —dijo Weiying.

—No me importa —su voz sonaba indiferente, pero su ceño fruncido indicaba otra cosa.

Era muy fácil asumir de que estaban hablabando las personas, era obvio que todo el mundo esperaba que el Primer Jade de Gusu se le declarara al Primer Loto de Yunmeng. Habían sido vistos participando juntos en varios retos durante las cacerías nocturnas y también paseando por la ciudad, el resultado esperado sería una propuesta de matrimonio, pero el Jade se había marchado sin dar el anillo.

Al salir de la tienda de telas, la familia planeaba ir a comer. Sin embargo, Jiang Cheng manifestó que deseaba volver a casa y que se adelantaría. Weiying se ofreció a acompañarlo pero Jiang Cheng insistió en que no lo hiciera, entonces Weiying entendió que su hermano quería estar solo y lo dejó ir.

Jiang Cheng se dirigía de regreso a casa, cuando una voz lo llamó. Buscó entre la multitud y pudo ver a Xiao Xingchen con su esposo saludándolo con la mano y caminó hacia ellos.

—Xingchen, Song Lan —saludó con una reverencia.

—¿Vienes solo? —preguntó Xiao Xingchen.

—No, vine de compras con la familia pero yo regresaré primero a casa.

Xingchen pudo darse cuenta de que la energía del Jiang estaba por los suelos, su actitud parecía serena, pero las ojeras delataban que había pasado noches difíciles y podía imaginarse el porqué.

—¿No te gustaría acompañarnos a dar un paseo?

Antes de responder, Jiang Cheng miró a su alrededor con duda y Xingchen se dio cuenta de que algunas personas lo miraban con descaro y cuchicheaban. Eso lo molestó mucho y entendió el porqué el Loto deseaba volver a casa lo más pronto posible.

—¿Sabes qué? Porque mejor no nos acompañas a la casa donde nos estamos hospedando. Te cocinaré algo rico.

—Gracias, pero mejor otro día.

—Vamos, Jiang Cheng —dijo Song Lan— Es nuestra última semana aquí, ¿vas a despreciarnos la invitación?

—No, no lo hará. ¿Verdad, A-Cheng?

Xiao Xingchen le miró con tanta dulzura que Jiang Cheng no pudo negarse.

—Esta bien. Vamos.

La sonrisa de Xingchen se amplió aún más y pasó su brazo izquierdo por detrás de los hombros de Jiang Cheng para irse caminando juntos.

—¡Me alegra que hayas aceptado! ¿Qué vas a querer que te prepare?

Jiang Cheng sintió una agradable calidez que tanto le había hecho falta en los últimos días, agradecía que sus amigos intentaran animarlo sin necesidad de pedirle alguna explicación, simplemente entendían las razones de su tristeza y harían lo posible por aminorarla.

Orgullo y Prejuicio. Versión MDZSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora