Capítulo 4

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Podría decirse que el resto de la velada transcurrió agradablemente para toda la familia, especialmente para la señora Yu que vio cómo su hijo mayor había sido admirado por los Lan y habían estado muy atentos con él. Lan Xichen lo unió a su equipo en dos retos durante la cacería, platicó con él durante bastante tiempo y dieron un paseo por el bosque. Jiang Cheng estaba tan emocionado o más que su madre, pero esa emoción se la guardó para él.

Wenning había escuchado como Ling Wen decía que él era el más culto de los Jiang. Siendo un beta no estaba acostumbrado a que le pusieran mucha atención, por lo que el comentario lo puso feliz.

Jingyi y Jinling habían tenido la suerte de no quedarse nunca sin pareja para la cacería, que, como les habían enseñado, era lo único en lo que debían preocuparse en esos eventos. Así que todos volvieron contentos a casa. Encontraron a su padre aún levantado leyendo un libro; al verlos interrumpió su tarea ya que en esta ocasión sentía gran curiosidad por los acontecimientos que habían sucedido durante la noche.

—Buenas noches, hijos míos, esposa mía ––dijo con una leve inclinación–– ¿Cómo ha estado su velada?

—¡Oh!, mi querido Fengmian ––dijo su esposa al entrar en la habitación––. Hemos tenido una velada encantadora, nuestros hijos se lucieron con sus talentos durante la cacería. En cuanto al banquete y la fiesta, simplemente todo fue espléndido. Me habría gustado que hubieses estado allí, Lan Qiren preguntó por ti, pero le dije que asuntos de la secta demandan tu tiempo.

—Me hubiera encantado verlo. Podríamos invitarlos a comer luego. ¿Cómo les fue a los muchachos?

—¡Esperaba que preguntaras eso! Jiang Cheng despertó tal admiración, nunca se había visto nada igual. Todos comentaban lo guapo y elegante que estaba. Lan Xichen lo encontró bellísimo y lo unió a su equipo dos veces. Fíjate, querido. Participó con él dos veces. Fue al único que unió a su equipo por segunda vez. La primera a la que unió a su equipo fue a una omega de la Montaña Cang Qiong. Me contrarió bastante verlo con ella, pero por lo que pude notar a él no le gustó nada. Sin embargo, pareció quedarse prendado de Jiang Cheng cuando lo vio cazar ágilmente en el lago.

—Lo hubieras visto, papá. Cuando Jiang Cheng salió del lago todo empapado y con la túnica pegada al cuerpo, a Lan Xichen casi se le cae la quijada––comentó Weiying.

—¡Weiying, compórtate! ––le reclamó su madre, quien le dio un golpe en la cabeza.

—No tienes remedio––le dijo su hermano avergonzado por su comentario.

—Solo digo lo que vi.

—El caso es que después de eso, Xichen preguntó quién era, se lo presentaron y al enterarse que era uno de tus hijos se entusiasmó más. Luego le pidió unirse a su equipo en el segundo reto. En el tercero participó con Liu Mingyan, ¡el cuarto otra vez con Jiang Cheng! En el quinto con Wei Ying y el sexto...

—¿Cómo es posible que recuerdes con detalle todo eso? ––le preguntó el señor Fengmian un tanto aturdido––Me temo, mi señora, que ese no es un tipo de información que mi cerebro pueda retener.

¡Ojalá Xichen se hubiese torcido un tobillo en el primer reto! ––pensó el señor Fengmian, así su esposa no tendría que hablar con lujo de detalle lo que hizo durante toda la velada.

—¡Oh, querido mío! Me tiene fascinada, es increíblemente guapo y educado. Su tío y las otras jóvenes Lan son encantadores. Llevaban los atuendos más elegantes que he visto en mi vida. Las telas de Gusu... ––Aquí fue interrumpida de nuevo. El señor Fengmian protestó contra toda descripción de los atuendos. Por lo tanto, ella se vio obligada a pasar a otro capítulo del relato, y contó, con gran amargura y algo de exageración, la escandalosa rudeza del menor de los Jades hacia Weiying.

Orgullo y Prejuicio. Versión MDZSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora