Capítulo 7

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Durante el transcurso de la tarde, los Jiang recibieron una visita inesperada. Llegaron las discípulas Lan para invitarlos a comer al día siguiente.

–Señoritas Lan, qué gusto verlas. –saludó la señora Yu mientras entraba a la sala con sus dos hijos mayores.

Las Lan se levantaron de sus asientos y saludaron también.

–¿Gustan beber algo?

–Oh no, nuestra visita será muy breve. –dijo Ling Wen con su dulce voz– Sha Hualing y yo veníamos a invitarlos a comer mañana en la residencia Baihua.

–Pero claro que sí, será todo un placer. Imagino que Zewu-jun también estará ¿cierto? –dijo lanzando una mirada insinuante hacia su hijo mayor, quien se sintió incómodo.

–No, no estarán. Zewu-jun se fue esta mañana con el maestro Qiren y Hanguang-jun se fue desde anoche. –dijo secamente Hualing, no parecía estar a gusto ahí.

–¡Oh, pero qué lástima! ¿Estarán mucho tiempo fuera? –se lamentó la señora Yu.

–No lo creo. No son asuntos que requieran tanto tiempo. –repuso Ling Wen– Espero eso no impida que vayan a comer con nosotras. Somos nuevas aquí y no conocemos a nadie. Siempre es bueno hacer nuevos amigos ¿No cree?

–Por supuesto que sí, querida. Cuenten con nosotros para mañana.

–Perfecto. En ese caso nos retiramos. Los esperamos mañana. Muchas Gracias.

Las Lan se retiraron y en cuanto no estuvieron, Jingyi y Jingling salieron haciendo alboroto.

–¡Iremos a la Residencia Baihua! –exclamó Jingling.

–¡Sí! Siempre he querido ver cómo es por dentro –lo secundó Jingyi.

–¿Y quién dijo qué ustedes van a ir? –les dijo su madre.

Jingyi y Jingling que estaban bailando dejaron de hacerlo y la miraron con consternación.

–¿Acaso no piensan llevarnos? –dijo Jingyi.

–¿Cómo para qué? Será reunión de adultos.

–Nosotros ya somos adultos. –replicó Jingling.

–En realidad, las Lan nos hicieron una invitación en general. Nunca dijeron que no pudieran ir los pequeños. –abogó Weiying.

–Mmm. Wenning ¿Tú también quieres ir? –preguntó la señora Yu.

Su hijo de en medio asintió tímidamente,  en el fondo también tenía curiosidad de ir.

–Lo pensaré. –con esto, dio por terminada la reunión y se retiró.

~•~

Día siguiente. Residencia Baihua de los Lan.

–Señoritas, acaban de llegar la señora Jiang, el señorito Jiang, junto con el otro señorito Jiang, el señorito Jiang que le sigue de ese y otros dos señoritos Jiang, me parece. –anunció con confusión el sirviente.

Las Lan se quedaron confundidas por unos segundos, luego de procesar bien la información, ambas se miraron y reviraron los ojos.

–¿Acaso vamos a recibir a todos los Jiang de la región? –dijo con fastidio Hualing.

–Nunca especificamos que no pudieran venir todos, pero acepto que yo también esperaba que no vinieran todos.

–Esto es tu culpa. Fue tu idea invitarlos.

–Basta, Hualing. Ya están aquí, ni modo.

Orgullo y Prejuicio. Versión MDZSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora